"Ahí tienes a tu madre".

Evangelio del 14 de Septiembre: Juan 19, 25-27

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María Magdalena. Jesús al ver a su madre y junto a ella el discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.

La palabra de Dios está viva y es actual. Es para hoy, 15 de Septiembre del 2022 y fue para ayer en la cruz a los pies de Jesús. Dice el diccionario que discípulo “es la persona que recibe enseñanzas de un maestro, al que sigue”. ¿Tú recibes las enseñanzas de Jesús? ¿Tú lo sigues? Te tengo una noticia: TU eres el discípulo al que ama el Señor, y hoy te dice: “Ahí tienes a tu madre”.

Hace algunos años, a pesar de haber ido a colegio católico no era nada cercana a la Virgen María. Cuando estaba muy chica y las madres del colegio nos hablaban de las apariciones de la virgen de Guadalupe en el Tepeyac, una persona a la que quiero y respeto mucho, me dijo: “La virgen de Guadalupe fue un invento de los curas para lograr evangelizar a los indígenas”. Yo le creí, y aunque no dije nada en el colegio, pensaba: “pobres tontas”. Pasaron muchos años para que tuviera un encuentro muy especial con Jesús, y aun entonces no me parecía importante tener una intercesora, porque, ¿para qué una intercesora si puedo hablar directamente con Jesús? Un día fui a platicar con mi amigo el padre Carlos sobre algunos problemas con mis hijos y él me dijo: “Reza el Rosario. Pídele a la virgen que te ayude con tus hijos”. Y yo, cínica y orgullosa le contesté: “Para qué, si Dios me escucha. La Virgen y yo no somos amigas”. El padre me dijo: “Mira, yo no sé qué pasa, pero lo he visto. Suceden milagros y grandes cambios en los hijos de las madres que le piden a la Virgen que interceda por ellos. Inténtalo. Nada pierdes”. Y lo intenté. Exactamente un año después me estaba consagrando a la virgen María. ¿Por qué ese cambio tan radical? Esa es otra historia, pero durante ese año sucedieron cosas muy especiales por medio de la intercesión de María, que siempre SIEMPRE apunta hacia su Hijo. Ayuda, intercede, es una madre amorosa y Jesús me la quiso dar.

Evangelio del martes 13 de Septiembre: Lucas 7, 11-17.

Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo: "No llores". Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: "¡Muchacho, a ti te digo, levántate!". El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre. 

El Señor se compadeció de la madre y sucedió lo imposible, ¡resucitó al muchacho! Esta madre ya había perdido la esperanza, no había nada que hacer mas que enterrar a su único hijo, ni siquiera había pedido ayuda al Señor, resignada y triste hasta el alma llevaba a su hijo en un ataúd, pero justo en ese momento tuvo un encuentro con el Señor y lo inimaginable sucedió.

Una amiga mía tiene un solo hijo al que daba todo lo que podía darle. Los dos me contaron su testimonio. El muchacho me platicó que cuando se fue a estudiar a la universidad tenía todo, carro nuevo y bastante dinero. Entonces empezó a consumir droga y se enganchó. Su mamá lo llevó a los centros de rehabilitación más caros del país, entraba y salía y volvía a recaer. Parecía que no había solución y que nada podía salvarlo, hasta que un día su mamá lo llevó a un centro de rehabilitación en la isla de Cedros. Cuando iba a visitarlo el muchacho lloraba y le decía: "¡Mamá por favor sácame de aquí!" Su mamá le decía: "No te voy a sacar. Por favor no me pidas eso porque si no, ya no te voy a venir a visitar".  Pasaron dos años y el muchacho ya limpio y rehabilitado decidió quedarse un año más. Al finalizar su tercer año decidió ser sacerdote. Su mamá estaba feliz y el muchacho también. Estando en el seminario daba pláticas para jovenes y ahí conoció a una muchacha muy linda y se enamoró de ella. Dejó el seminario y se casaron. Hoy formaron ya una familia muy bonita con Jesús al centro. Mi amiga es abuela y cuando recuerda su historia da gracias a Dios por todo.

¿Qué está muerto en tu vida y necesita ser resucitado por el Señor? ¿Tu hija o tu hijo? ¿Tu matrimonio? ¿Alguna amistad? ¿Tu trabajo? ¿Tu fe?  Sea lo que sea y aunque parezca imposible y sin remedio Dios todo lo puede. No pierdas la esperanza, ponlo en sus manos y pidele guía y sabiduría. 

"Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes - afirma el Señor - planes de bienestar y  no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza" (Jeremías 29:11)

El centurión le envió a unos ancianos judíos, rogándole que viniese a curar a su criado.

Evangelio del lunes 12 de Septiembre: Lucas 7, 1-10

Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado a quien estimaba mucho. Al oír hablar de Jesús, el centurión le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese a curar a su criado. Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: "Merece que se lo concedas, porque tiene afecto a nuestra gente y nos ha construido la sinagoga". 

La intercesión. El pedir unos por otros es importante. Por lo general las mamas pedimos por nuestros hijos, pero también es importante pedir por nuestros esposos, por nuestra familia, por nuestros amigos y por nuestro país. Este fin de semana, estaba platicando con Rossy, una amiga muy espiritual y un gran ejemplo de vida para mí. Ella siempre esta atenta a lo que el Señor le diga y es sumamente perceptiva. Me asombra todo lo que le pasa y como discierne la voluntad de Dios, su obediencia y su gran caridad. El tema del cual estábamos hablando era sobre las dificultades que habiamos tenido con una amiga que quiero mucho. Ella me dijo: "Necesita mucha oración" y yo le contesté que había tratado de acercarla a Dios pero sin éxito, y me contestó: "No. Necesita que TU ores por ella". ¡Hay tantas personas por quienes orar! Si supiéramos que Dios está atento a nuestras palabras y nos da lo mejor no dudaríamos en pedir siempre por todo, confiados de que aunque pida lo incorrecto Dios me dará lo correcto, y aunque no se "conceda" lo que pida, el Señor me dará lo perfecto. Porque si Dios me dio a SU hijo amado para que muriera por mi, ¿qué no me dará cuando le pido ayuda para una amiga?

Pide con fe y esperanza. Espera con alegría y gratitud. Hay mucho que pedir y el Señor no se cansa de escucharnos y de dar. 

"Porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre" (Mateo 7:7)

"¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?"

Evangelio del viernes 9 de Septiembre: Lucas 6, 39-42

“¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?”

¿A quién acudes cuando tienes algún problema para que te de un consejo? ¿A tu mamá? ¿A una amiga? ¿A tu terapista? ¿A tu esposo? No es malo hacerlo, sobre todo si esas personas van a orar por ti, pero ten en cuenta algo, pueden darte el consejo equivocado. Yo reconozco que he dado consejos equivocados creyendo que eran lo mejor para mi amiga. El mejor consejo que hoy te puedo dar es este: habla con Dios. Independientemente de lo que te diga tu mamá, tus amigas, o la persona a la que más confianza le tengas, acércate a Dios y cuéntale tu problema. Cuando estés orando, pídele que te lo confirme, dile que no quieres que te quepa la menor duda que viene de Él, y mantente receptiva, porque la confirmación puede venir de quien menos te lo esperas.

Hace como dos años, en plena pandemia, mi amiga Cathy abrió una casa hogar para adolescentes de 12 a 18 años, la casa se llama Amada Soledad y alberga a 8 niñas. Su misión es formarlas no solo en lo académico sino también en lo espiritual para que lleguen ellas a su vez a formar hogares sanos, llenos de amor y con Cristo en medio. Al cumplir las niñas los 18, Cathy tiene planeado abrir otra casa para esas niñas y continuar con su formación si ellas así lo deciden. Nos invitó a varias personas para que la apoyáramos en distintas áreas. Algunas dan clases de cocina, otras de valores (Anspac joven), otra amiga las lleva a hacer senderismo una vez al mes, otra amiga que es psicóloga brinda su servicio como voluntaria, y así cada una pone al servicio su talento. Cuando me preguntó Cathy si quería participar le dije que iba a pensar que podía hacer. Me fui al Santísimo y le pregunté a Dios: “¿Qué puedo hacer yo por estas niñas?” Inmediatamente me vino al pensamiento: Un club libro, que descubran la magia de la lectura. Entonces le pedí que si eso venía de Él, que me abriera puertas para que otras personas me ayudaran a llevarlo a cabo. Inmediatamente una de mis mejores amigas se unió conmigo y a la persona a la que le planteábamos la idea de ser “madrina de libro” para que le comprara el libro a una niña, nos decía que sí. Todo se dio muy fácil. Las niñas estaban emocionadas también, pero una vez que empezamos con la dinámica del club las cosas cambiaron. A las niñas no les interesaba leer y era difícil lidiar con adolescentes. Llegábamos y algunas se tardaban en bajar, otras no habían leído nada o se quejaban de que tenían muchas actividades y no tenían tiempo. Hicimos dinámicas y repartimos premios pero parecía que no prosperábamos. Entonces empezamos a orar por ellas y por nosotros y poco a poco algunas empezaron a interesarse por la lectura. En esta última etapa les dimos a escoger el libro que cada una quisiera. Eso las emocionó. Hubo discusiones por algunos libros “no aptos”, pero a final de cuentas todas quedaron encantadas con sus libros. Una vez al mes las sacamos a un café a platicar de sus libros. Solo van las que hayan escrito su reporte. TODAS lo escriben y todas están listas a tiempo cuando vamos por ellas. Les tenemos que poner restricciones de tiempo porque quieren contarnos todo el libro. A una de ellas le compramos toda la saga de su libro porque lee muy rápido y le encanta su libro.

Con este ejemplo, quiero decirte que lo que Dios te pida a veces no es fácil. Si va a tener frutos, ten por seguro que el enemigo va a actuar en tu contra y no se quedará de brazos cruzados. Ora. Pídele ayuda a Dios y persevera. Sea lo que sea que Él te haya pedido no te des por vencido.

"Benaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos"

Evangelio del miércoles 7 de Septiembre: Lucas 6, 20-26.

En aquel tiempo, Jesús levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque vuestro es el reino de Dios..."

¿Qué significa "los pobres de espíritu" y porqué es de ellos el reino de Dios? El pobre de espíritu es aquel que reconoce con humildad su "absoluta bancarrota espiritual" si se encuentra apartado de Dios. Es aquel que antes de cualquier decisión importante ora y escucha a Dios, el que cuando amanece se pone en sus manos con la certeza de que sin su ayuda su día no será igual, aquel padre que pide sabiduría a Dios para educar a sus hijos y el esposa que ora por su matrimonio. En resumen, es aquella persona que se deja guiar por Dios y aprende a escucharlo.

Cuando lees las Bienaventuranzas te darás cuenta de una cosa: en todos los escenarios de los bienaventurados que Jesús expone, su recompensa vendrá en un futuro, con excepción a esta: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque vuestro es el reino de Dios..." Para los pobres de espíritu, el Reino de Dios ES de ellos, HOY, no mañana. Vivir en el Reino de Dios es hacer a Dios Tu Rey y si es tu Rey querrás hacer su voluntad y para ello le preguntarás qué hacer.

El problema con querer hacer la voluntad de Dios es que a veces no sabes como escucharlo. Es verdad que la biblia es Su palabra y leyéndola entenderás la voluntad del Señor, pero hay ocasiones en que la situación no es blanca o negra y no sabes que decisión tomar. Yo te puedo hablar de mi experiencia personal. Cuando no se que hacer voy al Santísimo, tengo la fortuna de tener una capillita cerca de mi casa donde siempre está expuesto, en la mayoría de las iglesias lo exponen los jueves y en Ensenada las madres Adoratrices lo tienen expuesto siempre. No necesariamente tienes que ir al Santísimo, pero a mí me ha ayudado mucho. Hincada frente a El le pregunto lo que necesito saber y ahí me llegan pensamientos buenos, pero mios y le pido que me los confirme, y Dios como es fiel, lo hace! Me llena de alegría y de asombro entender lo que me quiere decir. Aun así muchas veces pospongo eso que puso en mi corazón, pero El es paciente y me lo recuerda una y otra vez hasta que termino por hacerlo.

Seamos pobres de espíritu, pidamos guía cada día y seamos dóciles y diligentes a sus inspiraciones.

 

 

 

 

"Qué está permitido hacer en sabado? ¿Hacer el bien o el mal?"

Evangelio del lunes 5 de Septiembre: Lucas 6, 6-11.

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga y se puso a enseñar. Había ahí un hombre que tenía la mano derecha paralizada...Jesús les dijo: "Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado? ¿hacer el bien  o el mal, salvar una  vida o destruirla?"

Tengamos en cuenta que en tiempos de Jesús, el sábado era el día que Dios había mandado que fuera un día de descanso y oración, y los judíos, llevando al extremo la ley, ese día no estaba permitido hacer ninguna clase de trabajo, aunque ese "trabajo" se tratara de ayudar a alguien.  Hay un término que aprendí hace algunos años en mi clase de biblia en San Diego: el legalismo. Esto significa poner la ley de Dios primero que todo. Jesús nos enseñó que esto NO es lo que quiere Dios, nuestro Señor quiere que pongamos a las personas primero y quiere que antes que "cumplir", amemos:  "¿Qué está permitido hacer en sábado? ¿hacer el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?".

Esta pregunta que nos hace Jesús, no la hace a los que no creen, la hace a los que iban a orar a la sinagoga y la hace hoy a los que vamos a misa los domingos, a los que somos religiosos, a los que creemos en Dios y nos tomamos en serio su palabra. Cuando mi hija Rebeca era adolescente con muchos trabajos la llevaba a misa. En una ocasión, estando en misa, Rebeca estaba sentada cruzada de piernas y la señora de un lado la regañó porque "en misa no se cruzan las piernas". Rebeca estaba enojadísima, en lugar de que la señora diera un testimonio de amor juzgó y regañó a alguien que ¡ni siquiera conocía! Este tipo de acciones son muy simples y comunes y lo único que logran es alejar a quienes estan en el camino de la conversión. La receta mágica que nos dio Jesús es no juzgar y amar a los que creen y también a los que no creen. Nuestro testimonio de amor hace mucho mas bien que juzgar y regañar. Ni siquiera con el pensamiento deberíamos juzgar, porque al pensarlo nos formamos una idea de la persona y se nota en nuestras actitudes y forma de tratarla. Hagamos el ejercicio de pensar bien de la gente que nos rodea, pongamos especial interés en aquellos que no creen, no para aleccionarlos sino para amarlos y dar testimonio del amor de Dios.

"Vayan y aprendan qué significa esto: "Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios". Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores". (Mateo 9,13)

"Nadie echa vino nuevo en odres viejos..."

Evangelio del viernes 2 de Septiembre: Lucas 5, 33-39

"Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará y los odres es estropearán."

Cuando Jesús me encontró, muy lejos de Él, no me reveló todo lo que quiere y espera de mí. Poco a poco me fue haciendo entender los cambios que debía hacer en mi vida para ser más feliz y para vivir plenamente, pero no ha terminado conmigo, es un proceso que dura toda la vida. Poco a poco y con muchísima paciencia me ha mostrado el camino y muchas veces me he revelado y he caminado en otra dirección, para despues retroceder y volver. ¿Por qué he vuelto? Hay algo que sucede cuando  tienes un encuentro con Jesús que cuando te alejas de su camino lo sabes y ya no eres feliz. No es remordimiento, no es el "deber ser", ni siquiera es un llamado a ser congruente, es simplemente una profunda tristeza por haber ofendido a quien ahora conoces y a quien sabes que te ama hasta la muerte. 

Joyce, mi maestra de biblia en San Diego, nos platicó que ella era muy mal hablada y le encantaban los chistes de doble sentido. Cuando tuvo su conversión en ningún momento se propuso dejar de decir malas palabras o dejar de contar chistes vulgares, simplemente dice que al pasar del tiempo ya no se le hacían graciosos esa clase de chistes y empezó a dejar de decir groserías. No le costó trabajo. Lo hizo porque Joyce es un odre nuevo donde hoy habita Jesús, un vino nuevo, y para que ese odre no se rompa, Jesús con toda su paciencia y su bondad, lo cambió.

El cambio no es instantneo y te puedo asegurar que hay algunas cosas con las que lucharás toda tu vida por cambiar. Algunas cosas te serán fáciles, como le sucedió a Joyce, otras definitivamente no, pero el cambio ¡es la lucha! 

"No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cual es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." (Romanos 12:2)

Evangelio del jueves 1 de Septiembre: Lucas 5, 1-11

"Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca". Respondió Simón y dijo: "Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero por tu palabra echaré las redes".  Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse.

La obediencia a Dios, contra todo pronóstico, solo porque El lo dice, es lo que nos hace presenciar sus milagros. Si el Señor te pone su voluntad en tu corazón y decides obedecerlo, te llenarás de gozo y de asombro al ver como resultan las cosas. Se abren puertas, llueven bendiciones y lo imposible se logra. Una de las cosas que siempre nos ha asombrado a mis amigas y a mi es cuando, hace unos años, decidimos ayudar al CAM, que es una organización pro-vida que apoya a mujeres embarazadas en situaciones vulnerables. Varios años organizamos un evento muy bonito con cena y música en vivo,  solo para mujeres. En más de una ocasión nos desanimamos porque las cosas no estaban saliendo como esperábamos. La organización era complicada, pero tal como Simón, nosotras decidimos "echar nuestras redes para la pesca"  y hacerle caso a Jesús. En una ocasión faltaba una semana para el evento y gran parte de los boletos no se vendian o no estaban cobrados, no nos decidíamos por la comida y estabamos totalmente desorganizadas. Inclusive llegamos a considerar en cancelar el evento, pero una amiga nos dijo: "Esto lo hacemos por Jesús, estamos trabajando para El y El no nos abandona".  Nos convenció y seguimos adelante haciendo lo mejor que podíamos. Finalmente, contra todo pronóstico y por obra de Dios todos los boletos los vendimos y terminó siendo un lindo evento una vez mas. Al final reflexionamos: Definitivamente fue Dios.

Obedecer al Señor aun en contra de nuestra voluntad resulta ser una tremenda bendición. 

 

Evangelio del miércoles 31 de Agosto: Lucas 4, 38-44.

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró a casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella. El, inclinándose sobre ella increpó a la fiebre, y se le pasó; ella levantándose enseguida, se puso a servirles.

"...increpó a la fiebre". En el diccionario, la palabra increpar significa: "Reprender a una persona con dureza y severidad". ¿Qué pasó entonces? ¿Por qué Jesús increpó a la fiebre?  Por que la enfermedad viene del enemigo y el Señor quiere nuestra sanidad. La pregunta entonces es: Si Jesús quiere nuestra salud, ¿por qué no siempre sana? A esto le podemos agregar: ¿Por qué personas buenas se enferman y los "malos" están saludables? En ocasiones nos puede parecer terriblemente injusto, pero el Señor no solamente es justo, sino misericordioso y obra siempre BIEN.

Hace algunos años, cuando mi hijo de seis años se enfermó de leucemia y estábamos en el hospital en San Diego, conocí a Manny, un señor muy simpático que trabajaba en la recepción del hospital. Era hispano y platicaba con mi hijito Alfredo y siempre nos hacía reir. Cuando a Alfredito se le empezó a caer el pelo, se negaba a raparse y Manny un dia llegó a nuestro cuarto en el hospital y le dijo: "A ver mijo, vamos a pelarte, andale, te vas a ver muy guapo. Ahora así se usa". Entre risas y chistes lo rapó. Todos los tres años que estuvimos entrando y saliendo del hospital Manny fue parte de nuestras vidas y de las de muchos niños. Siempre alegre. El primer verano que estuvimos en el hospital nos invitaron a un evento que organizaba el hospital en donde los niños enfermitos corrían con personalidades famosas y al final de la carrera les daban una medalla. Era un gran evento. Al final desfilaban todos los papas que habían perdido a un niño en la batalla contra el cáncer, con globos blancos que dejaban ir al cielo. Ahí entre todos los papas estaba Manny con su esposa. Fue entonces que me enteré que su niña había muerto de cáncer. Una enfermera me platicó que después de la muerte de su niña había decidido trabajar en el hospital para hacer la diferencia entre los niños. No era solo un recepcionista, era un ángel, simpático, grandote, amable y bondadoso. 

Los caminos de Dios son hermosos aunque no fáciles. Dios le dio consuelo a Manny haciendo el bien y a nosotros nos bendijo a través de él. No sanó a su hijita, pero le dio fortaleza, alegría, optimismo, y las ganas de ayudar. Absolutamente todo lo bueno viene del Señor y si somos dóciles a sus inspiraciones grandes cosas sucederán aun en la adversidad.

"Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo..."

Evangelio del Martes 30 de Agosto: Lucas 4, 31-37

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz: "¡Basta! ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Se quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús le increpó diciendo: "Cállate y sal de él". Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.

Dos cosas me impresionan de este evangelio, la primera es que el demonio se encontraba en la sinagoga, en un lugar santo de oración, "Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo". La segunda es que mientras la gente buena de Israel se preguntaba quién era Jesús, el demonio sabía perfectamente:  "Se quién eres: el Santo de Dios".  No nos confundamos. Ir a la iglesia y saber quien es Jesús NO nos hace suyos porque hasta los demonios hacen esto. ¿Qué es lo que verdaderamente me hace suya?

La respuesta a esta pregunta se encuentra en Mateo 7, 21: "No todo el que dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos."  Cuando leo esto pienso en los mandamientos de la ley de Dios,  pienso en todas las enseñanzas de Jesús sobre el perdón y el amor al prójimo, pienso también en el pasaje de la biblia en donde los ángeles dividieron a las ovejas de los cabritos porque unas habían dado de comer al hambriento, visitado a los enfermos y se habían comportado con amor a su prójimo y las otras no.  Cualquiera que reflexione sobre lo que es hacer la voluntad de Dios puede llegar a esta conclusión: Que difícil. Yo no puedo. Yo soy un cabrito y no una oveja. Sin embargo lo importante es tomar la decisión de querer hacer la voluntad de Dios. Tropezar mil y una vez y levantarnos arrepentidos para sentir el abrazo de nuestro Padre, y seguir intentando. Que en esa lucha nos encuentre el Señor hasta el fin de nuestros dias: Haciendo el bien unas veces, equivocándonos y arrepintiéndonos en otras y sobre todo sabiéndonos frágiles y en la continua necesidad de ayuda de Dios.   

No te desanimes. "Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir la misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos". (Hebreos 4:16)

 

Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos.

Evangelio del jueves 18 de agosto: Mateo 22, 1-14

"Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis llamadlos a la boda". Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?. El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".

Hay una mentira que el enemigo susurra en nuestros oidos: "No eres digno".  "Eres una convenenciera, nunca rezas y ahora que lo necesitas ¿te pones a rezar?".  "Dios solo escucha a los buenos."  "¿Cómo te atreves a pedirle algo a Dios, si nunca vas a misa?". El diablo te dirá cualquier cosa para convencerte de que no reces. Cualquier pensamiento que tengas que te desanime a orar, no lo dudes, viene del enemigo de tu alma. Entonces hoy Jesús te dice esto: "Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos". ¡Todos! ¡No necesitas ser perfecta! No es necesario ser digno. Lo único que tienes que hacer es decir SI a Jesús. Decir SI te viste de gracia, no por lo que hagas con tus propias fuerzas sino por lo que EL hizo por ti. Así es nuestro Dios, que está tan loco de amor por ti que te acepta, te arropa, te protege y te ayuda a vivir una vida plena. ¿Quiere decir que no sufrirás? NO! No quiere decir esto. Sufrirás solo lo que Dios permita, pero "Dios es fiel, no permitirá que sean puestos a prueba más allá de lo que puedan soportar, por el contrario, con la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella". (1 Corintios 10:13).

En tiempos de Jesús, antes de entrar a una boda, había una habitación con ropa apropiada para que quienes no tuvieran que ponerse escogieran algo y pudieran entrar a la fiesta. En una ocasión mi hermana y su esposo fueron a Nueva York a celebrar su aniversario y para la ocasión reservaron en un restaurante muy elegante. Cuando llegaron resulta que era obligatorio que los hombres usaran saco y mi cuñado no iba vestido apropiadamente, pero entonces muy educadamente le sacaron de un closet un saco de cashmere y se lo prestaron para que pudiera pasar a cenar. Dice mi hermana que mi cuñado sobaba el saco y decía: "¡Que bonito!". En ese restaurante no les negaron la entrada sino que proveyeron lo necesario para que disfrutaran de su cena. ¿Qué hubiera pasado si mi cuñado hubiera dicho que no quería ponerse el saco prestado? Simplemente no lo hubieran dejado entrar.  Dios provee para ti, pero hay un requisito y ese requisito es que digas que SI a Jesús, que aceptes el regalo de Dios. Hoy ponte esa capa especial de hija o hijo del rey de reyes. Hoy dile SI a Jesús y llénate de SU gracia. Hoy entra a su fiesta, vive en SU Reino, sin hacer caso de esa vocecita que te recuerda lo indigna que eres, porque con SU sangre lavó hasta el último pecado que harás. Solo dile SI.      

Evangelio del Lunes 1 de Agosto: Mateo 14, 3-21

Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida". Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer".

A veces pedimos asi: "Señor que se acabe la pobreza", "Jesus que mi hijo crea en ti", "Dios mío que se acabe la inseguridad". Hoy Jesus nos dice: "...dadles vosotros de comer". Haz tu parte. Es bueno pedir, pero hay que estar abiertos a la respuesta del Señor porque El quiere que seamos sus "socios", que tengamos parte en la solución y qué haciendo nuestra parte se abran los cielos para derramar bendiciones y milagros.

 

"Tomen mi yugo sobre ustedes..."

Evangelio del jueves 14 de julio: Mateo 11, 28-30.

En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera."

Un consejo que me da Jesús, es seguir  una fórmula para encontrar descanso: Ser manso y humilde de corazón. Para entender mejor sus palabras, invierto su consejo: Ser impulsiva y soberbia, que da como resultado estar fatigada y agobiada por la carga, y es fácil ver por qué. En la vida me he topado con personas que tienen esta combinación de defectos: impulsivos y/o soberbios. Un poquito de tiempo con ellos y este tipo de personas agotan, crean problemas, terminan sin poder hacer equipo en el trabajo y sus relaciones personales son un caos. Por el contrario, cuando me encuentro con alguien que está en control de sus emociones y además es humilde, todo a su alrededor se vuelve más facil, se aligera la carga para todos y todos deseamos ayudar a esa persona para que le vaya bien.

Otro consejo del Señor es "tomar su yugo". Cuando escucho esto me imagino una piedra muy pesada,  algo muy difícil que tendré que hacer, un sacrificio... ¿quién quiere esto? ¡Yo no! Entonces busco en wikipedia la palabra "yugo" y dice: "Instrumento para unir a dos bueyes o mulas en una yunta". ¿Y con quién me voy a unir? ¿Quién será mi pareja a la que me une el yugo? ¡Jesús!  El quiere que le entregue mi carga y aunque no promete quitarme el problema, si me dice que será mucho mas ligera y llevadera. No es lo mismo sufrir una pena sola que sufrirla de la mano de Cristo. Esto hace toda la diferencia.

Para aliviar la fatiga y el agobio primero debo buscar a Jesús, hay una parte que el carga, que el alivia y reconforta, pero hay otra parte que solo yo puedo hacer y es mi actitud ante la vida. Esta parte me toca a mi: ser mansa, tener autocontrol de mis emociones y ser humilde de todo corazón. ... "En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo." (Juan 13, 33)

 

 

¡Ay de ti Corozain! ¡Ay de ti, Betsaida!"

Evangelio del Martes 12 de Julio: Mateo 11, 20-14

En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos los milagros, porque no se habían convertido: "Ay de ti Corozain, ay de ti Betsaida! Si en Tiro y en Sidon se hubieran hecho los milagros que en vosotros, hace tiempo se habrían convertido..." 

Yo soy Corozain y tu Betsaida. Nosotros somos las ciudades donde se han hecho milagros y Jesús espera una verdadera conversión de nuestra parte porque hemos visto y hemos experimentado las maravillas del Señor. Con nosotros, con los que hemos sido bendecidos con la fe y hemos caminado de SU mano, la responsabilidad es mucho mayor. El Señor nos pedirá cuentas de lo que hicimos con nuestros talentos para SU Reino y espera que no haya sido enterrado lo que nos dio con tanto amor.

La gran mentira que nos susurra el enemigo al oído es que no tenemos nada que dar, que sabemos poco como para evangelizar a alguien, que no tenemos tiempo para comprometernos con una obra o que no nos sobra el dinero para dar a alguna caridad. Todo esto es una gran mentira, porque no necesitas ser experto en la Palabra para dar tu testimonio  y tu testimonio puede ser  exactamente lo que otro necesita para conocer a Jesús. Anímate a compartirlo y te sorprenderás de como el Señor pone las palabras perfectas en tu boca. En cuanto a participar en un apostolado, si crees que no tienes tiempo es porque tal vez no haya un balance en tu vida y aun no lo sepas.

Cuando entre a hacer la maestría en educación una de las cosas que nos dijeron es que algo íbamos a tener que dejar para poder estudiar, y es verdad, el dia solo tiene 24 horas. Yo decidí no descuidar a mi familia, pero si tuve que dejar algunas reuniones con amigas, no todas, pero aún  así  eso fue un verdadero sacrificio. Nuestra vida tiene que tener un balance. Para saber si tu vida  esta en balance haz la dinámica de las 4 patas. Se supone que para que una mesa se pueda sostener las cuatro patas tienen que estar iguales. En nuestra vida, cada pata representa una área: La familiar/social,  la laboral/académica, la espiritual y la del ejercicio/salud física. Haz una lista de lo que haces en cada area y donde tengas "la pata" mas larga es donde deberas de dejar de hacer ciertas actividades para hacerlas en el área donde tengas "la pata" mas corta. Tener las areas de tu vida en balance te hace sentir muy bien. Es verdad que dejaras algunas cosas que te gustan mucho, pero te darás cuenta de que no te hacen tanta falta y aprenderás a disfrutar aquello que has descuidado, tendrás tiempo para el apostolado que te espera, para hacer ejercicio, para disfrutar con tu familia y con tus amigas, y para  tu trabajo.

"Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar y tiempo para cosechar; tiempo  para matar y tiempo para sanar; tiempo para destruir y tiempo para construir; tiempo para llorar y tiempo para reír..." (Eclesiastés 3, 1-8)

 

"...hope dense en su casa..."

Evangelio del jueves 7 de Julio: Mateo 10,7-15

"Cuando entren a una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospedense en su casa hasta que se vayan. Al entrar saluden así: Que la paz esté en esta casa. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechará."

Aunque me encantaría, yo nunca he ido a misionar. Tengo amigas que han ido de misiones con sus familias y me platican que es una experiencia  hermosa. Una de las actividades de familia misionera, que es un apostolado en donde un grupo de  familias organiza las actividades de Semana Santa en comunidades, es precisamente buscar casas donde se quedaran los jóvenes que van de misiones. Con ayuda del párroco y los líderes de la comunidad, escogen las casas. Como se trata de comunidades humildes y apartadas, las casas son muy sencillas. Los jóvenes misioneros que se hospedan llevan despensas y conviven con la familia. Esto es importante porque los jóvenes se ponen en contexto, entienden como vive la gente y pueden hacer una mejor conexión. Vivir en la casa de alguien te permite conocerlos mucho mejor, entenderlos y ser empatico.

Tal vez nunca he ido de misiones, pero para los que no hayamos tenido esta experiencia, este es el consejo que Jesus nos da para poder evangelizar: hospédate en su casa y dales un saludo de paz. No literalmente pero si en espíritu, es decir, ponte en sus zapatos, trata de entenderlos, ten empatía, entiende su contexto, para poder hablarles de nuestro Señor  Jesucristo de una forma que les haga sentido. Si son jóvenes, si son amigas con una mala experiencia en la iglesia, si son personas involucradas en el new age, cualquiera que sea su contexto, pídele al Señor que te ilumine para entenderlos, "para entrar en su casa", dales la paz y si tienen un corazon dispuesto la recibirán. 

 

"Vayan mas bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel".

Evangelio del miércoles 6 de Julio: Mateo 10, 1-7

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos, ni entren a tierra de samaritanos. Vayan mas bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya esta cerca el Reino de los cielos."

Por el camino, es decir, por donde ande. Entre mis hijos y mi esposo, entre mi familia y mis amigas, en mi trabajo y en mi comunidad. La parte que me toca. Ahí es donde voy a proclamar que el reino de los cielos está cerca. Ahí voy a dar testimonio de lo que Dios hizo en mi vida, cómo me encontró, como sanó a mi hijo y bendijo mi matrimonio, como a pesar de mi infidelidad me hace volver a Él. Aquí en este camino, no lejos, sino con los míos, es donde el Señor quiere que proclame que está cerca y que su reino es una decisión.

No todos quieren escuchar. Solo algunos les interesa, solo algunos tienen el corazón dispuesto y están en la búsqueda, y a ellos, "a las ovejas perdidas de la casa de Israel"  quiere Jesús que nos dirijamos. Aquellos que sin saberlo lo anhelan y cuando escuchan su voz se llena su corazón de gozo. "La casa de Israel" es el pueblo de Dios. Israel significa  "el que prevalece con Dios". No pienses que hoy Jesús está hablando a un pueblo ajeno al tuyo. Hoy Jesús está hablando de los suyos, de los que le pertenecen, y es su mandato que tu y yo busquemos en nuestro camino a aquellos que le pertencen y que por alguna razón se han perdido. 

 

"En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús..."

Evangelio del Lunes 4 de Julio: Mateo 9, 18-26.

Cuando Jesús llegó a la casa del jefe de la sinagoga, vio a los flautistas, y el tumulto de gente y les dijo: "Retírense de aquí. La niña no está muerta; está dormida". Y todos se burlaron de él. En cuanto hicieron salir a la gente, entró Jesús, tomó a la niña de la mano y esta se levantó.

¿Qué es lo que parece que está muerto en tu vida? ¿Tu matrimonio, tu trabajo, alguna relación con una amiga o con algún familiar, algún sueño o ilusión? Ten la certeza de que todo lo bueno lo quiere el Señor para ti, pero antes, hay que dejarlo entrar, y para que entre deben salir los "flautistas " y el "tumulto de gente".

Un compañero de trabajo y yo estamos analizando las capacitaciones de la empresa donde trabajo y son muchísimas. Decidí entonces hacer una investigación entre las cabezas de los departamentos y ver que es lo que realmente necesitan y pudimos quitar muchos cursos que eran poco importantes y dejar solo los esenciales para entonces  dejar espacio a nuevas capacitaciones que realmente hagan la diferencia en sus puestos. Mi compañero me decía: "Cuando una de mis hijas quiere una blusa nueva yo le digo: esta bien, pero primero ve a tu closet y saca una cosa que ya no quieras y así tendrás lugar para tu blusa nueva".  Hoy la pregunta es: ¿Quienes son los "flautistas" y el "tumulto de gente" en tu vida que no permite que entre el Señor? ¿Que es lo que vas a sacar de tu vida para que entre Él? Tal vez ciertas amistades, tal vez el egoísmo, o la vanidad,  o el orgullo. Puede ser que lo que decidas sacar no sea necesariamente malo pero necesites hacer espacio para tener un tiempo de calidad con el Señor.  

Identifiquemos primero a los "flautistas" y saquémoslos de nuestras vidas. Que entre el Señor y resucite lo que parece muerto, pero está dormido.

"Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón" (Jeremías 29:13)

 

 

"¡Cobardes! ¡Qué poca fe!"

 Evangelio del Martes 28 de Junio: Mateo 8, 23-27

En aquel tiempo, subió Jesús a la barca y sus discípulos lo siguieron. De pronto se levantó un temporal tan fuerte que la barca se desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: "¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!" El les dijo: ¡Cobardes! ¡Qué poca fe!"  Se puso de pie, increpó a los vientos y al lago y vino una gran calma.

El Señor está en control. En control de lo físico y de los espiritual. Aun cuando todo parece estar muy mal y hay un caos, El está en control. Entonces nos preguntamos: ¿Por qué lo permite? Nos llenamos de temor y muchas veces dudamos. ¿Oye nuestras oraciones? ¿En realidad algo bueno vendrá de todo esto? A estas preguntas hoy responde Jesús: "¡Cobardes! ¡Qué poca fe!". 

Estas palabras no son para el que no lo conoce. Estas palabras son para sus discípulos, para ti y para mi que hemos presenciado sus milagros, para quienes hemos visto como ha aquietado tormentas, sanado enfermos, salvado matrimonios, para todos los que una y otra vez hemos sentido su presencia en medio de la obscuridad, para nosotros, cuando dudamos, esta es su respuesta.

Confiemos en el Señor.

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace reposar. A aguas de descanso me conduce y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre. Aunque pase por quebradas obscuras, no temo ningún mal, porque tu estás conmigo, tu vara y tu cayado me dan seguridad".  (Salmo 23)

Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza".

Evangelio del Lunes 27 de Junio: Mateo 8, 18-22

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas". Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza".

¿Qué significa esta respuesta de Jesús? Primero hay que analizar quién se le acercó para decirle que lo quería seguir. Era un escriba. Un especialista en la ley. Una persona religiosa, legalista, acostumbrada a seguir reglas. Alguien "bueno" ante los ojos de la sociedad. Jesús no le dice que NO, pero le hace una advertencia: Si me sigues no tendrás recompensa económica, yo mismo, el Hijo del hombre, no poseo nada. ¿Por qué le contesta así Jesús al escriba y qué significa esto para mí?

Hace tiempo, fui a platicar con una amiga que antes iba a nuestro grupo de estudio bíblico pero que había dejado de asistir. Estaba pasando por momentos difíciles y su respuesta a mi invitación para que volviera al grupo fue: "Yo siempre he seguido a Jesús, no falto a misa y soy una buena persona y sin embargo mira lo que me pasó. Yo no merezco esto. ¿Por qué Dios no me ayudó?".  El problema con creerse "muy bueno" es que puedo creer que merezco que Dios me de todo lo que yo le pido, pero afortunadamente para nosotros la relación con Dios no se basa en el trueque. No me da porque merezca, me bendice a pesar de mis muchos errores, pero llega un momento en mi vida en que pasaré por pruebas y estas pruebas o me acercarán más a Él y de SU mano saldré fortalecida y más bendecida, o me alejaré del Señor, enojada y resentida porque "no merecía esto".  El gran peligro de creerme muy buena es que esto último puede ser mi respuesta en la tribulación. 

Hoy Jesús me recuerda que su relación conmigo no se basa en el trueque. Hoy quiere que tenga presente que seguirlo no es garantía de bienestar económico y que no por estar con Él voy a estar libre de pruebas. Hoy quiere que sepa que creerme muy buena, como posiblemente se creía aquel escriba, no me ayudará en el momento de la prueba, porque ese momento llegará y en ese momento Él quiere estar a mi lado.

"Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto." (Jeremías 17, 7-8).    

Evangelio del jueves 23 de Junio: Lucas 1, 57-66.80

Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella".

Imagínate una aldea pequeña en las montañas de Judea. Todos se conocían. Entre ellos había una pareja mayor, sin hijos, eran queridos y respetados, pero seguramente los vecinos y parientes los compadecían, pues no tener descendencia en aquellos días era una maldición. A mí me llama la atención que cuando Isabel dio a luz las personas cercanas a ella "se regocijaron con ella". La palabra "regocijar" significa alegría intensa o júbilo. No fue cualquier cosa el nacimiento del hijo de Isabel. Todos estaban ahi para celebrar y para opinar, llenos de júbilo. ¿Por qué se alegraban tanto? Seguramente porque amaban a Isabel pero principalmente porque habían presenciado un milagro: "Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella". ¡Ser testigo de un milagro de Dios llena el alma de alegría!

Hay milagros muy evidentes y otros a los que nos hemos acostumbrado. Cuando nació mi nietecita y vi la perfección de sus manitas y piecitos me pareció un milagro. Cuando vivía en Ensenada y corría a un lado del mar me parecía un milagro que el mar se mantuviera delimitado sin invadir la tierra. Veo el milagro de un insecto que sobrevive en un mundo complicado y las estrellas y sistemas solares que no chocan entre sí. Toda la creación me parece un milagro, pero acostumbrada a verla cada día olvido dar gracias a Dios. Hoy es un día para regocijarnos ante los milagros, ninguno es pequeño. Hoy demos gracias a Dios y llenémonos de júbilo porque también en nosotros ha manifestado grande misericordia. ¡Gracias Señor!

"Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos"

Evangelio del miércoles 22 de Junio: Mateo 7, 15-20.

"Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán...Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos."

Hace algunos años mi cuñado Pato y su esposa pusieron un negocio de gelatos. Fueron a Italia a entrenarse y cuando la gente los empezó a probar se hicieron muy famosos. Nadie se acuerda como se llaman (la marca), simplemente dicen: "Vamos a los gelatos". Un día le pregunté al Pato cual era la clave para que estuvieran tan ricos y me dijo: "La materia prima. La fruta debe estar muy buena. Lo que entra es directamente proporcional a lo que sale. No puedes meter fruta regular y esperar que salga algo bueno."  La materia prima de mi vida la veo como una serie de pequeños actos, algunos sin aparente importancia, pero que al sumarlos dan un resultado malo, regular, bueno, muy bueno o excelente. 

Hoy Jesús habla de los líderes espirituales y sus frutos y te quiero hacer una pregunta: ¿Eres TU un líder espiritual para alguien? ¿Alguien en tu casa, en tu trabajo o en tu comunidad sigue tu ejemplo? ¿Tienes hijos, sobrinos o tal vez nietos? Entonces este evangelio no es solo para el sacerdote, o la consagrada. Este evangelio también es para TI y se trata del ejemplo que das y como vives tu vida. Se trata de todas esas pequeñas y grandes cosas que haces y que son tus frutos. Alguien más los juzgará y determinará si son buenos o malos. 

"Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición..."

Evangelio del Martes 21 de Junio: Mateo 7, 6.12-14

"Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos."

Hay una película buenísima que se llama "Scent of a woman" con Al Pacino. Si no puedes ver toda la película, te recomiendo mucho que escuches el sermón que da Al Pacino y por el que muy probablemente haya ganado el Oscar: "...I'll show your out of order!". En esta escena Al Pacino defiende a un joven ante un tribunal de su escuela. El joven no está dispuesto a delatar a sus compañeros y está a punto de ser expulsado por esto. Ser expulsado de una de las mejores preparatorias de Estados Unidos, significa en ese país, que no será aceptado en ninguna universidad de prestigio y que su futuro económico muy posiblemente será un fracaso. Aún así, el chico está dispuesto a hacer lo que está bien, está dispuesto a ser leal, y pagar por ello un precio muy alto. En el discurso de Al Pacino, dice: "En mi vida he llegado a encrucijadas y siempre supe que era lo correcto, pero jamás lo hice, porque era demasiado difícil..."   A esto se refiere Jesús. A las decisiones muy difíciles en tu vida en donde el precio de  hacer lo correcto es muy alto y pareciera que no hacerlo es lo mejor. Esta es la puerta angosta, la que cuesta y la que pocos están dispuestos a atravesar.  Es fácil darte un consejo y decirte lo que deberías hacer, pero vivirlo es otro boleto. Hoy te digo algo: Si lo dijo Jesús es porque podemos hacerlo y porque es lo mejor.  Tomar ese camino difícil solo se puede de SU mano. 

"En este mundo afrontarán aflicciones, pero confíen yo he vencido al mundo" (Juan 16:33)

 

"...acumulen tesoros en el cielo donde ni la polilla ni el moho los destruyen".

Evangelio del viernes 17 de Junio: Mateo 6, 19-23.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde la polilla ni el moho los destruyen..."

Primero deberíamos recordar cuales son los tesoros en la tierra y cuales son los tesoros en el cielo. Todo lo que se ve, todo lo material, son los tesoros en la tierra y lo que no se ve, es decir lo espiritual, son los tesoros del cielo. Dios que es nuestro Padre bueno, nos bendice con cosas materiales, el peligro es cuando acumulamos lo material, porque esto quiere decir que buscamos tener más no para usarlo sino solo para tenerlo. La definición de acumular es: "Ir juntando y aumentando progresivamente la cantidad o el número de determinadas cosas".  La pregunta hoy es: ¿Qué quieres acumular?

En mi clase de ética empresarial nos dejaron de tarea ver un documental titulado Happy. Si lo buscas en YouTube  verás distintas historias de personas felices. Está la historia de un hombre que jalaba un rickshaw (carro tirado por un hombre), y platicaba como algunos clientes eran crueles con él, era cansado y a veces trabajaba bajo la lluvia o el fuerte sol, pero en la tarde llegaba a su casa, una choza humilde,  abrazaba a su bebé y a su esposa y por eso era feliz. Alrededor de él vivían otras familias que eran sus amigos y eso también lo hacía feliz. Otra historia la contó una mujer en Dinamarca que vivía en una casa grande con otras familias, en donde se turnaban para cocinar, hacer las labores del hogar y cuidar a los niños. Ella era feliz porque decía que después de divorciarse y estar sola con sus niñas, encontró un lugar donde tenía una gran familia, en donde todos se apoyaban y se tenían cariño, y eso la hacía tener una vida feliz. Otra historia se trató de un hombre que surfeaba en Brasil, también con una vida modesta era muy feliz, y otra más se trató de un grupo de personas mayores retiradas que vivían en una comunidad acompañados y se sentían felices. Distintas historias y circunstancias pero un común denominador: personas amándose. 

Hoy Jesús nos recuerda la clave para ser felices: acumular tesoros en el cielo. Ser un buena hija, una buena madre, una buena esposa, una buena amiga, una buena compañera de trabajo, una buena ciudadana. La recompensa llega sin que la busques, y no tendrás que morir e ir al cielo para gozar los tesoros de los que habla Jesús. Aquí, amando hoy, serás feliz.

 

 

"El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido"

Evangelio del martes 15 de marzo: Mateo 23, 1-12

"...No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido".

Al Señor le agrada el que es sencillo y humilde y le desagrada el orgulloso. Ser pobre no es sinónimo de ser humilde ni rico equivale a ser orgulloso.  En mi experiencia la humildad y la sencillez viene de la sabiduría, viene de sentirse bien con uno mismo sin necesidad de presumir nada ni de creerse más. Cuando estudiaba en Monterrey me sorprendía como los "regios" más ricos eran siempre los más sencillos, creo que porque no tenían necesidad de decir quienes eran, tarde que temprano te enterabas. 

Imagínate que eres la hija del Rey, algunos lo saben y otros no. Independientemente de que algunos no lo sepan, ¿cómo te sentirías? ¿Te sentirías segura de tí misma por ser hija del Rey? ¿Serías generosa porque sabes que nunca te hará falta nada? Y si la condición para ser llamada hija del Rey es que perdones siempre, ayudes al que lo necesita y ames al que te ha hecho daño, ¿lo harías? Jesús nos ha dicho que Dios es nuestro Padre, ¡somos hijos del Rey! y nos ha dicho también que le gusta y que no le gusta a nuestro Padre Dios. 

Sirve, ama, se el último y serás el o la consentida del Señor, la hija del Rey de Reyes, bendiciones caerán del cielo, porque a Dios nadie absolutamente nadie le gana en generosidad. Haz la prueba y verás.

"... perdonad y seréis perdonados".

Evangelio del lunes 14 de marzo: Lucas 6, 36-38.

"Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que mediereis se os medirá a vosotros."

El cielo o el infierno se vive aquí. No necesito morir para experimentarlo. Lo bueno o lo malo que haga o que deje de hacer,  tarde que temprano se me regresa. A veces pareciera que esto no es verdad, y que los "malos" tienen una buena vida y los que se esfuerzan por ser "buenos" no necesariamente obtienen su recompensa.

Lo peor que puedo hacer es compararme con otros y creerme merecedora. Esa actitud de: "Por qué si él es tan malo tiene todo y yo que soy tan buena no", desagrada profundamente al Señor, porque solo Él conoce los corazones y las verdades, solo Él sabe lo que es bueno para mí y solo Él conoce el fin de la historia y lo que necesito para ser mejor persona. Por lo pronto esto e lo que me toca hacer: no juzgar, no condenar, perdonar y dar.

He conocido algunas mujeres que sufrieron una infidelidad por parte de sus maridos y no han sido capaces de perdonar. Viven con un gran resentimiento por años y pasan ese odio a sus hijos. Yo no he estado en esa situación pero puedo imaginarme lo difícil y doloroso que debe ser. Sin embargo he visto también la otra cara de la moneda: las que sí perdonaron, las que siguieron con sus vidas sin resentimientos, capaces de volver a amar y desearle lo mejor a ese hombre que las humilló y las hizo sufrir. Cuando era muy joven pensaba que si mi marido me fuera infiel jamás de los jamases lo perdonaría. Hoy pienso diferente. Hoy le pediría a Dios ayuda para perdonar, no se si me quedaría al lado de quien me engañó, pero sí se que no perdonar me haría más daño a mí que a él. Se dice fácil... Jesús no dijo que sería fácil, pero sí prometió estar a mi lado y ayudarme con eso que me pidió que hiciera: Perdonar, no condenar, no juzgar.

"En el mundo tendréis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo". (Juan 16:33) 

 

Evangelio del lunes 28 de febrero: Marcos 10, 17-27.

"¡Hijos, qué difícil les va a ser a los ricos entrar al reino de Dios! Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: " Hijos que difícil es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar al reino de Dios".

Primero empezaremos por definir que es el Reino de Dios. ¿Es el cielo al que vas cuando mueres? NO.  El reino de Dios es un estado de vida y es una decisión. Una decisión de hacer a Dios tu rey y obedecerlo como se obedece a un rey. Vivir en el reino de Dios no es el lugar más fácil en cual vivir pero definitivamente es el mejor. Significa hacer exactamente lo que Él nos pide: ser humildes, generosos, pedir y dar perdón, amar a nuestros enemigos y hablar con la verdad, significa muchas veces sacrificio y no hacer lo que me gustaría hacer por un bien mayor, a veces también significa ponerme en el último lugar para cederle mi lugar a alguien más, significa no hacer lo que yo creo que está bien sino preguntarle a Él, escuchar su Palabra y pedirle discernimiento para después hacer eso que me pide. 

Hay una condición para vivir en el Reino de Dios y es precisamente no tener otro rey: "Nadie puede servir a dos amos, porque aborrecerá a uno y amará a otro, o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo 6:24).

Antes, hace muchos años me confundía con este pasaje y creía que para ir al cielo tenía que vender todo lo que tengo, darlo a los pobres e irme de misionera. Entonces pensaba que era imposible, como dijeron los discípulos. Con e tiempo, meditando y pidiéndole a Dios ayuda para entender, comprendí esto: No se trata de vender todo en el sentido literal de la palabra. Se trata de que lo material no sea mi rey, se trata de con lo material hacer el bien y que se a el medio y no el fin.

Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: "Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme". Mateo 19:21.   

"Esta especie solo puede sair con oración".

Evangelio del lunes 21 de Febrero: Marcos 9, 14-29.

"Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él". Gritando y sacudiéndolo violentamente salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: "¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?" Él les respondió: "Esta especie solo puede salir con oración".

¿Qué es orar y cómo debemos hacerlo? ¿Por qué a veces tenemos años orando por algo y no sucede nada? ¿Para qué orar si de todas maneras se hará la voluntad de Dios? Orar debería ser precisamente para que se haga la voluntad de Dios y no la mía. Orar es platicar con Dios y escucharlo. Orar NO es solo presentar mi lista de peticiones, eso no es orar, eso es pedir y no es que eso esté mal, sino que haciendo solo esto no cultivo una relación con Dios. Lo peor es cuando lo que le pido no se me cumple y entonces empiezo a creer que de nada sirve "orar". Si esa es tu situación, volvamos a empezar de nuevo: orar es platicar con Dios Y escucharlo. Hay distintas formas de hacer esto. La mejor forma para mí es escoger una parte del día, de preferencia en la mañana temprano, cuando nadie se ha levantado y la casa está en silencio. La mejor parte de la oración es la respuesta de Dios. Yo siempre le pido a Dios que me confirme lo que creo que me respondió a través de un pensamiento cuando estoy orando. El "requisito" para saber que es una respuesta de Dios es porque es algo bueno y jamás se contrapone con la Palabra de Dios y si te pide que hagas algo que naturalmente no harías, puedes estar seguro de que ese pensamiento es de Dios.

Si eso que le has pedido por años no se ha cumplido, ten la seguridad de que Dios ya te escuchó y su respuesta es "NO" o "AUN NO". Cuando esto me ha pasado, recuerdo lo mucho que me ama Dios y hago memoria de todas las veces que me dijo SI, de los milagros de que he sido testigo y de todas las veces que he sentido su presencia, entonces me convenzo de que Él tiene algo mejor para mí y su NO o su AUN NO es porque sus planes son mejores. Confío en ÉL.

"...hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo..."

"... ser ejecutado y resucitar al tercer día".

Evangelio del jueves 17 de febrero: Marcos 8, 27-33.

"El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días." Se lo explicaba con toda claridad.

Ese era el plan de Dios, darnos a su Hijo para salvarnos: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna" (Juan 3, 16). Los planes de Dios nunca son muerte: "...ser ejecutado y resucitar a los tres días".  "...todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna". Los planes de Dios son vida para ti y para mí. ¿Y qué significa esto en mi vida práctica? Significa que puedo confiar en Dios y que puedo estar segura de que Él quiere vida para mí, quiere todo lo bueno y que si estoy atravesando por algo difícil, este no es el fin de la historia, hay una resurrección al final del camino.

Vivir con esta certeza cambia todo, porque hay esperanza y porque es por el camino difícil donde Dios me encuentra y vivo la mejor parte de mi vida. En el dolor de tener un hijito enfermo, Dios me encontró y si mi hijo no se hubiera enfermado, no lo hubiera conocido como lo conocí. Un día, en el hospital, mientras le administraban la quimio a mi niño de seis años, me dijo: "Mamá, estoy muy contento de estar en el hospital, porque gracias a esto pude ir al campamento y porque gracias a esto conocí a los jugadores de Los Padres y me regalaron una cobija..." y siguió y siguió diciéndome todas las cosas buenas por las que estaba feliz. Algunos años después, cuando regresábamos para su chequeo anual me dijo: "Cómo extraño el hospital, fue lo mejor..." Entonces recordé... sí, fue lo mejor. Esos tres años pudieron haber sido un infierno, pero fue ahí, en el dolor y en el miedo de perder a mi hijo, donde Dios me encontró y eso fue lo mejor de mi vida.

Dios tiene un plan perfecto para mi vida y para tu vida también, y en esos planes está el que creamos en Él para no perdernos, en esos planes hay resurrección y vida. 

 

... le rogaba que echase el demonio de su hija.

Evangelio del jueves 10 de Febrero: Marcos 7, 24-30

Una mujer que tenía una hija  poseída por un espíritu inmundo se enteró den seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. 

Hoy tal vez, no hablemos de espíritus inmundos, pero sí hablamos de depresión, de bipolaridad, de bulimia y adicciones. Los demonios de hoy tienen nombres científicos y medicamentos que los curan, y eso está bien. Sin embargo a veces oigo los anuncios de estos medicamentos en la televisión y una lista impresionante de efectos secundarios, a veces peores que la misma enfermedad que se pretende curar. No estoy diciendo que no debamos tomar medicamentos, pero sí que los acompañemos de la oración, y que en ese caminar difícil, cuando un hijo se encuentra enfermo mentalmente, consideremos que su mal también es espiritual y que Jesús TODO lo puede, Él no solo sanará a ese hijo que tanto amas, sino que además en el camino te dará fortaleza y por muy difícil de creer que esto parezca, te dará también gozo cuando lo descubras a tu lado.

Hace un par de dias escuché en YouTube a Yokoi Kenji, un excelente conferencista japonés-colombiano. Platicó un cuento que le contaron en su escuela de Japón: Un hombre se encontraba en el bosque y de entre los árboles salió un lobo feroz, el hombre corrió por el bosque y el lobo detrás de él para comerlo. Entonces el hombre brincó a un precipicio y para su buena suerte pudo detenerse de unas ramas, y como era de noche ahí durmió. En la mañana vio una mora jugosa y perfecta colgada de la rama, se la comió y su jugo era tan dulce que el hombre pensó que era la mora más deliciosa del mundo. Fin de la historia. Kenji le dijo a su maestro: "¿Y el lobo?" Y el maestro le contestó: "El lobo no importa, lo que importa es la mora". Kenji respondió: "¡No! Yo quiero saber el final. ¿Se lo comió el lobo?" El maestro lo llamó aparte y le explicó: "Kenji, el lobo es la muerte y va a llegar tarde que temprano, es inevitable, pero eso no importa. Lo importante es la mora, es encontrar en las pequeñas cosas de la vida la felicidad". 

Hoy Jesús nos muestra una madre desesperada, una pagana, ni siquiera era "del pueblo de Dios", pero sin importar quien sea y por muy insignificante que crea que soy, Él me ve, me escucha y me da lo que necesito, a veces no necesariamente quita al lobo de mi camino, pero sí me da la mora.

Oremos por nuestros hijos y aprendamos a ver lo bueno y dar gracias por todo, confiando que Dios nos ama. 

El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quieso desairarla.

Evangelio del viernes 4 de febrero: Marcos 6, 14-29.

La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a  la joven: "Pídeme lo que quieras y te lo daré" Y le juró "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". Ella salió a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?" La madre le contestó: "La cabeza de Juan el Bautista"., Entró ella enseguida, a toda prisa , se acercó al rey y le pidió: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista". El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla. Enseguida le mandó a uno de su guardia que trajese la cabeza de Juan.

"El rey se puso muy triste; pero por el juramento y los convidados no quiso desairarla..." Sabía que Juan era un gran hombre, cuando lo escuchaba algo en su corazón se movía, sabía que tenía razón cuando le decía que no estaba bien haberse casado con Herodías, la mujer de su hermano. Era la voz de su conciencia. Esa noche, Herodes juró ante los hombres y fue más importante ese juramento que lo que el sabía que estaba bien y estaba mal. A eso se le llama "temor del hombre". 

Hace algunos años, me estaba confesando y el sacerdote me dijo esto: "Señora, usted tiene temor del hombre". Era la primera vez que escuchaba este término. ¿Cómo que temor del hombre? Entonces me explicó: El temor de Dios, no significa tenerle miedo a Dios, significa amarlo tanto que se le teme ofender, si por el contrario tienes temor del hombre, a quien no quieres ofender y con quien quieres quedar bien es con tu familia, amigos, esposo, sin importar que ofendas a Dios. 

Hoy Jesús me dice que Él quiere ser el primero en mi vida, y que siendo el primero podré amar más y mejor a los que están a mi lado. Hoy Jesús me pide que lo obedezca y que no me deje influir por nadie que me aleje de Él.  Hoy Jesús me da un consejo muy sencillo: Primero Dios.

Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja...

Evangelio del jueves 3 de febrero: Marcos 6, 7-13.

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja..."

Jesús me pide obedecerlo y confiar en Él, si lo hago, tal como Él me lo pide, experimentaré sus milagros y seré testigo de primera mano de las maravillas que hace conmigo y muchas veces, a pesar de mí.

Si no le hago caso pueden pasar dos cosas: La primera es que en mi afán de tener el pan necesario y "dinero suelto en la faja", nunca me parezca que tenga suficiente para emprender el camino que Él me pide que recorra. Puedo pensar que aún me falta muchísimo que aprender antes de dar mi testimonio, o que necesito más capital para emprender esa o aquella obra, y pasarán los años y nunca nada será suficiente. Lo segundo que puede pasar es que lo logre y con todo mi afán, lleve pan, alforja y dinero suelto, entonces me pierdo de presenciar SUS milagros y maravillas, y pienso que todo lo que hice lo hice por MI misma. 

Cuando Jesús me pide que no lleve nada en el camino, lo que está diciéndome es que no lo necesitaré porque Él lo proveerá y la forma en que lo hará me llenará de asombro y de gozo,  y entenderé que el Señor está conmigo y que estoy haciendo SU voluntad.  ¿Quieres experimentar esto? No lleves pan, ni alforja, ni dinero suelto en el camino.

La primera vez que yo experimenté esto fue por casualidad y no precisamente por el conocimiento de SU palabra. Hace muchos años, cuando mis niños eran muy chicos, me propusieron formar NET en Ensenada (Club internacional de niños católicos). En aquel tiempo me pareció un proyecto muy bonito y por eso dije que si. Sin saber casi nada de Dios, con muy poco conocimiento teológico y nada de experiencia en educación, empecé a leer una carpeta que era el manual de NET. Entendí que tenía que formar un equipo de "guías NET", que podían ser las mamás de los niños, y cada guía tendría un grupo de niños. Así fue como empecé a tener un encuentro muy especial con cada una de mis guías. Fue especial porque no fueron mis amigas (con excepción de unas dos) las que dijeron SI a este proyecto. ¡La gran mayoría de mis guías las conocía muy poco o nada!  Y entendí tiempo después que fue Dios el que puso el SI en su corazón. Cada una formó un grupo de ocho, diez o hasta quince niños, y en unos dos o tres meses teníamos a más de cien niños. Ese primer año, en Septiembre, hicimos un gran día de campo en un rancho muy bonito que nos prestaron. Era el dia NET, que organizamos tal como  estaba en el manual. Los esposos de mis guías nos ayudaron, compramos botargas con los personajes de NET, hubo comida, piñatas y juegos. Cuando fue la misa y todos los niños estaban sentados, recuerdo estar parada atrás viendo todo, y en ese momento pensé: "Esto tiene que ser de Dios, yo sola no hubiera podido nunca". Sentía que me unía un gran cariño a todas mis guías, amigas algunas de solo unos meses. Todas comprometidas a evangelizar a nuestros niños. No hubo alforja, ni pan ni dinero suelto para empezar este proyecto. No esperé saber mucho, ni tener un gran apoyo por parte de mis amigas, ni un colegio que nos apoyara. No lo sabía entonces, pero el primer dia NET, aquella mañana de Septiembre hace unos veinte años el Señor me abrió los ojos, y vi un proyecto echo realidad no por mis escasos recursos, sino por su inmensa y perfecta provisión.   

Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron a los cerdos...se abalanzaron al acantilado y se ahogaron en el mar.

Evangelio del lunes 31 de enero: Marcos 5, 1-20. 

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los geraseros. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo.Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas  podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús se echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente: "¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes." Porque Jesús le estaba diciendo: "Sal de ese hombre"... Los espíritus le rogaron: "Envíanos a los cerdos para que entremos a ellos". Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado al mar y se ahogó en el mar.

Hay algo que siempre me ha llamado la atención de este pasaje del evangelio, ¿por qué los espíritus inmundos, que supuestamente querían habitar en seres vivos, piden ir a los cerdos para después abalanzarlos al mar y ahogarlos? ¿Por qué negociaron con Jesús irse a los cerdos para después morir? No tiene sentido. Entonces llego a la conclusión que el mal solo tiene un fin: la destrucción y la muerte.

Uno de los ejemplos más claros son los narcos. El enemigo convence a esas almas de que el dinero es lo que los va a ser felices, sin importar cómo lo logren. Viven una mala vida, haciendo mucho daño a quienes los rodean y más pronto que tarde, mueren. ¿Por qué, si es obra de Satanás, no los conserva vivos para que sigan haciendo el mal? Porque su nombre lo dice todo: es el enemigo de nuestras almas y lo único que desea es la muerte.

Jesús en cambio, desea nuestra vida eterna. Nuestro Señor nos dice cómo vivir para que seamos realmente felices. ¿Queremos hacerle caso? ¿Le creemos? Porque solo hay dos caminos: Decirle SI o decirle NO. El SI te lleva a la vida eterna, el NO a la muerte. No hay mitades ni compromisos. Hoy es el dia en que podemos decidir no morir.

"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16)

 

 

"Vayan a todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia"

Evangelio del martes 25 de Enero: Marcos 16, 15-18

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los once y les dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado".

¿Este mandato es para todos o solo para los sacerdotes y misioneros? Y si es para todos, ¿Qué es exactamente lo que debo predicar? ¿Cómo voy a ir a todo el mundo? Este mandato es para todos los que hemos sido bautizados y formamos parte de la familia de Dios, pero la realidad es que no todos los bautizados han tenido un encuentro personal con Cristo y sin ese encuentro no tendrán la pasión y la convicción de ir a todo el mundo y predicar el Evangelio.

Lo primero entonces es buscar ese encuentro con Jesús. El Señor no se hará esperar, en el momento que lo decidas y lo desees de corazón tendrás un encuentro único y personal con ÉL. Nada en tu vida será más maravilloso que esto y todo cambiará para bien. Entonces no necesitarás ser experto en la biblia para predicar el Evangelio, porque tu testimonio de conversión será suficiente para que otros se maravillen de lo que Dios ha obrado en tu vida. Te apasionará hablar de Jesús y tu relación con Él, y tal vez vayas a todo el mundo, o alrededor de la cuadra donde vives, o solo con tus amigos o tu familia, no importa si son uno, diez, treinta o mil personas que acercas a Dios a través de tu testimonio. El Señor te dará los medios, te abrirá puertas y presenciarás milagros, entonces sabrás que no eres tú, es Él a través de ti, y tu corazón se llenará de gozo.

"Por lo tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo." ( Mateo 28, 19-20)   

Llamó a los que quiso

Evangelio del viernes 21 de Enero: Marcos 3, 13-19

En aquel tiempo, Jesús, mientras subía al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. E instituyó a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios.

Esto siempre me ha costado trabajo entender: "llamó a los que quiso..." ¿Por qué Jesús escoge a algunos y a otros no? ¿Por qué a algunos les dice "sígueme" y a otros los devuelve a sus casas?

Desde que fuimos creados, Dios pensó una misión especial para cada uno, algo que solo yo o tu podemos hacer, y que quedará inconcluso en el gran rompecabezas de la humanidad si pecamos de omisión. Jesús llama a su lado a quienes tienen la misión de predicar y expulsar demonios, pero a otros los manda a sus casas para que desde ahí hagan lo que el Señor les pide en su corazón. Un día Jesús llegó a la región de los gerasenos, Gerasa es el nombre de una antigua ciudad de la Decápolis. La Decápolis fue un grupo de diez ciudades  en el imperio romano que se agrupaban por su idioma y su cultura. Ahí vivian personas con costumbres griegas y estaba habitado principalmente por no judíos. Cuando entró Jesús a la ciudad de Gerasa salió a su encuentro un endemoniado que nadie podía controlar, rompía cadenas y era violento (Marcos 5, 1-18), el hombre al verlo le pidió que no se metiera con él y que al menos le dejera entrar a unos cerdos que estaban en el lugar. Cuando Jesús le preguntó cómo se llamaba, le dijo que se llamaba "Legión" porque eran muchos los demonios que habitaban en el hombre. Estaba infestado y Jesús lo liberó.  El hombre liberado y en su sano juicio le pedía a Jesús que lo dejara ir con él, pero Jesús le contestó: "Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y cómo se ha compadecido de ti". El hombre se fue y empezó a proclamar en la región de Decápolis lo que Jesús había hecho con él y todos quedaban admirados". (Marcos 5, 19-20).

No todos somos llamados a ser sacerdotes, Dios escoge solo algunos, pero TODOS somos llamados a  proclamar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.

Evangelio del Jueves 20 de Enero: Marcos 3, 7-12.

"Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

No hay peor testimonio que el de una persona que dice que es cristiana devota y es juzgadora, egoísta, criticona... A Jesús no le agrada ese testimonio, como tampoco le agradaba el testimonio de los espíritus impuros. 

Nadie es perfecto, pero si estas con Cristo, estás en el camino y poco a poco vas dejando vicios y malos hábitos con SU ayuda, y ese es el testimonio que le agrada a Jesús, para que los que no lo conocen aun vean las maravillas que el Señor obra y tengan esperanza.

Es importante que cuentes tu historia. El antes y el después. Que los que estén a tu alrededor, aunque sepan que no eres perfecto, conozcan tu camino y lo que ha hecho Dios en tu vida. El enemigo de tu alma tratará de convencerte que no sabes nada, que te falta prepararte y que no puedes hablar de Dios a menos de que hayas estudiado mucho, de que corrijas ese mal hábito o de que vayas a la escuela de seglares y hagas una maestría. Eso es vanidad y es mentira. Tus palabras sencillas inspirarán a alguien y lo acercarán a Dios. Si tienes algo que decir sobre lo que el Señor ha hecho por ti, ¡hazlo! Que nada te detenga, porque si Jesús te ha encontrado ya eres de Él, y nada de lo que sea de Jesús es impuro.

Les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura". (Marcos 16:15)

"...¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?"

Evangelio del Miércoles 19 de Enero: Marcos 3, 1-16

 "¿Qué está permitido hacer en sábado?, ¿hacer lo bueno o hacer lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?". Ellos callaban.

¿Qué es lo importante?  A esto se reduce lo que Jesús pregunta hoy. No hay nada más importante que la vida de un hombre, y tan es así, que Jesús dio su vida por la humanidad. Parece muy lógico y sin embargo hoy el mundo está cada vez más confundido.

Lo importante en tiempos de Jesús era la religión. ¿Qué es lo importante hoy? Hay un testimonio muy impactante de una mujer llamada Gloria Polo, que murió al ser atravesada por un rayo y al morir, fue al infierno, para después revivir y contar su historia. Cuando ella le preguntaba a Dios por qué estaba en ese lugar tan horrible, Dios le hizo ver cada uno de sus pecados y el más grave era la indiferencia ante el sufrimiento humano. Ella cuenta como Dios le hizo recordar un dia que ella y una amiga iban al banco porque Gloria le iba a prestar a su amiga $5,000 pesos para una operación para su perrito enfermo, en el camino se encontraron con un pordiosero pidiendo limosna y ellas lo vieron con desprecio y se alejaron de él comentando lo desagradable que era. Dios le hizo ver como ella estaba dispuesta a dar mucho dinero por la vida de un perro, pero no fue capaz de dar un pan a ese hombre hambriento. 

¿Qué es lo importante? ¿Qué está en mis manos para ayudar eso que es importante? Que este dia cuente para mi y para ti, porque el Señor espera que demos frutos hoy.

"Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me dieron alojamiento, necesité ropa y me vistieron...Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí." (Mateo 24, 34-37)

 

"El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado."

Evangelio del martes 18 de Enero: Marcos 2, 23-28.

Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. Los fariseos le preguntan: "Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?"... Y les decía: "El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado."

La religión no es el fin, es el medio. Ir a misa es el medio para recibir a Jesús en la comunión, escuchar su palabra y congregarme con mis hermanos. Confesarme es el medio para que Dios me libere y me sane espiritual y también físicamente. Rezar el Rosario es el medio que Dios me da para proteger y bendecirme a mi y a mi familia. Ser católica y pertenecer a la familia de Dios es el medio para que ore yo por otros y otros oren por mi en circunstancias difíciles y pueda ser testigo de las maravillas que obra el Señor.   Que no me quede a la mitad del camino, "cumpliendo compromisos" y atravesando los sembradíos sin probar las espigas,  sino experimentando el gozo de saber que  " el Hijo del hombre es señor también del sábado."

En el testimonio de Inma García, que puedes ver en YouTube, Inma habla de su conversión en Medjugorje y cómo era su vida anterior a su conversión. Empezaré esta historia por contarte que los padres de Inma son muy creyentes y oraban mucho por su hija cuando esta se encontraba en depresión, adicta a las pastillas y llevando una vida desordenada. Orando, Dios les puso en su corazón, que enviaran a Inma a una peregrinación a Medjugorje, y aunque con escasos medios, milagrosamente el Señor les concedió el dinero para el viaje. El otro milagro fue que Inma accediera a ir. Platica, esta chica española, que en el autobus, camino a Medjugorje, la gente cantaba y alababa a Dios, rezaban las laudes, el rosario, paraban en cada iglesia y ella lo único que quería era bajarse del autobus y alejarse de todos esos fanáticos. Durante toda su estadía no participó en nada, se iba a un bar y ahí se quedaba todo el dia hasta que los peregrinos regresaban al final del dia al hotel. Entonces se percató de su alegría y de como hablaban de los milagros que experimentaban, dice que los veía "muy guapos" a todos porque la gracia de Dios se reflejaba en sus rostros. Entonces empezó a sentir celos de ellos, y le dijo a Dios: "¿Por qué a ellos les das tanto y a mi nada? Yo también quiero algo". Entonces, solo una palabra le vino a la mente: "CONFIESATE". Dice que no fue mas que su propio pensamiento, pero que sabía que no venía de ella, porque antes de su viaje, había apostado con un amigo de que no se iba a confesar. Se sorprendió tanto que decidió obedecer. Al momento de confesarse, empezó a hablar y recordar y recordar todos sus pecados, hasta aquellos que tenía olvidados, era como una voz que le dictaba todo lo que tenía que confesar. El sacerdote abría mucho los ojos y ella pensaba: "No me va a dar la absolución". Mientras hablaba no paraba de llorar. Al final el padre le dijo: "Hijita mia, Dios te perdona". Al recibir la absolución sintió la sanación de su cuerpo y le pidió a la virgen que la abrazara. En medio de un tumulto de gente, se sentó y ahí experimentó el abrazo de la Virgen María. Dios sanó a Inma física y espiritualmente y no solo eso, también le concedió el amor. Resulta que se enamoró del mesero del bar a donde iba a refugiarse de los peregrinos. Hoy esta casada con él, tiene dos hermosos niños y viven en Medjugorje en donde se dedican a organizar a los peregrinos. Inma, cuyo nombre completo es Inmaculada, dice que nunca le había gustado su nombre, hasta que el padre que la confesó le dijo: "Pídele a tu tocaya que te cuide". Entonces recapacitó: "¡La virgen es mi tocaya!"  Su alegría es evidente, atrás quedó la depresión y las adicciones. Inma arrancó las espigas del camino y experimentó el gozo de un encuentro maravilloso con el Señor. 

Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro.

Evangelio del viernes 14 de Enero: Marcos 2, 1-12

Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".

Uno solo no hubiera podido. Se necesitaron cuatro para subir la camilla al techo, quitar la techumbre y descolgarlo ante Jesús. Este evangelio me habla del trabajo en equipo para llevar a alguien ante Jesús. La mejor forma de orar para interceder por alguien, es en comunidad. La oración es mucho más poderosa si varios están orando por la conversión de otro. La mejor forma de hacer un apostolado, es en equipo. Se logra mucho más cuando un grupo de personas trabaja para llevar la palabra de Dios a otros. Por eso, el Señor nos quiere en la iglesia, juntos, apoyándonos, orando unos por otros y amándonos.

Hace algunos años fui a un retiro y el último dia, recibías al Espíritu Santo. Para esto el grupo de personas que dirigia el retiro se ponía en oración dias antes y seguían orando durante los tres dias que duraba el retiro. La realidad es que también hay una fuerza muy real que se opone al bien y a la conversión a Dios. Este grupo ya se había enfrentado a esta fuerza maligna (el demonio) en cada retiro y sabía que la clave estaba en la oración en grupo. Nos advirtieron el último dia que al invocar al Espíritu Santo podíamos ver cosas muy extrañas, nos recomendaron orar y cerrando los ojos concentrarnos en nuestra experiencia. En el grupo había un hombre jóven que tenía problema de adiciones. Era muy simpático, sonriente y alegre. A mí me caía muy bien. Ese último dia estábamos en un gran círculo cada quien sentado en una silla, todos los organizadores estaban parados atrás de cada uno orando. con una música muy bonita de fondo, el líder del retiro empezó a invocar al Espíritu Santo, yo sentí un calor muy hermoso y muy grande dentro de mí. En eso, empecé a oler algo así como a huevo podrido y no pude más que abrir los ojos y ver a un lado de mí al muchacho que tenía problemas de adicción, tirado en el suelo, retorciéndose y hablando cosas extrañas, como poseído por una fuerza demoniaca. Todos los organizadores lo rodearon y se pusieron a orar por él, hasta que este hombre se restableció. Me impresionó como el demonio es real y no lo quería dejar, pero más me impactó el poder de la oración en grupo. Después de esto, regresamos a nuestras casas. Yo iba a misa a la parroquia que está cerca de mi casa y ahí empecé a ver a este muchacho, alegre y carismático como siempre,  con su esposa y sus hijos cada domingo, gracias a Dios y a la oración de muchos que intercedieron por él.

"Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:20)

 

 

 

"Si quieres, puedes limpiarme".

Evangelio del Jueves 13 de Enero: Marcos 1, 40-45.

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: "Si quieres, puedes limpiarme". Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: "Quiero: queda limpio". La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.

¿Por qué entonces no siempre sana? ¿Por qué no siempre "quiere"? Y si no quiere, ¿es porque no se compadece? Debemos partir de saber con toda certidumbre una cosa: Dios me ama. "Tanto amo Dios al mundo que dio a su Hijo único para que todo aquel  que cree en el no muera, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16). Si Dios me ama, se compadece de mí cuando sufro y si no soluciona mi situación, que no está en mis manos resolver,  es por un bien mayor. 

La película de: "El exorcismo de Emily Rose" está basada en la historia real de Aneneliese Michel, una joven alemana que sufrió de una posesión demoniaca y finalmente murió. En un momento de la película, Emily sale a su jardín y escucha que la virgen le dice: "Hijita mia, todo el cielo está muy triste por lo que te está pasando, el Señor lo ha permitido para que el mundo crea que existe el demonio, pero si tú ya no quieres seguir, te llevaré conmigo". Emily, en un momento de lucidez, decidió continuar. Todo su sufrimiento tuvo un propósito. A veces lo alcanzamos a comprender, otras no, pero aun así debemos confiar: Dios es bueno y Dios me ama.

"Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien." (Romanos 8:28).

"Cállate y sal de él".

Evangelio del martes 11 de Enero: Marcos 1, 21-28.

Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: "¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús lo increpó: "Cállate y sal de él". El espíritu inmundo lo retorció violentamente y dando un grito muy fuerte, salió de él.

Creer no es suficiente, porque hasta ese espíritu inmundo sabía quién era Jesús: "Sé quién eres: el Santo de Dios". Seguramente conoces a personas muy religiosas, pero que juzgan, critican, son duras con otros y carecen de amor. Algunos confunden la religiosidad con estar cerca de Dios y esto no es necesariamente cierto.

Hoy Jesús me pide a mí y a ti que demos buen testimonio. Si digo que soy católica, si digo que amo a Jesús, que lo demuestre amando, perdonando, haciendo el bien, no juzgando y pidiendo perdón. Es verdad que nos equivocamos, a veces constantemente, ¡no nos desanimemos! Hoy es un buen dia para pedirle a Dios que nos ayude a reconocer qué quiere que cambiemos y  nos ayude a cambiar, y Él que todo lo puede, nos dará los medios.

Hace tiempo, cuando me juntaba con mis amigas, criticábamos a la gente. Una de las primeras cosas que el Señor me pidió cuando me encontró, fue que no criticara a nadie, le pedí que me ayudara con eso y me empezó a suceder algo rarísimo: cuando hablaba mal de alguien sentía (y aún siento) una especie de escalofrío en el cuero cabelludo. Precisamente en ese tiempo, que batallaba con ese pésimo hábito, una amiga de mi cundina nos propuso el reto de "Un mundo sin quejas", basado en el libro de Will Bowen. El reto consiste en no quejarte ni criticar a nadie por 21 dias, basándose en que se toman 21 dias en lograr un hábito. Para llevar la cuenta, te debías poner una pulsera morada de latex que tenía inscrita la frase: "Un mundo sin quejas" y te la ponías en una mano si no te quejabas o criticabas y si lo hacías te la cambiabas de mano y volvías a contar desde el día uno los 21 dias. Se dice que en promedio se toman cinco meses para lograrlo. El escalofrío en el cuero cabelludo y el reto me ayudaron y por fin lo logré. No por mis propios medios, sino con SU inmensa ayuda.

Nada podemos sin Él. Si nos proponemos a cambiar sin su ayuda, terminaremos por concluir que no tenemos remedio. El Señor quiere ayudarnos, pídele de corazón que te ayude a cambiar eso que ÉL ha puesto en tu corazón esta mañana y verás las maravillas que Dios hace en ti. 

 

"Venid a mí y os haré pescadores de hombres"

Evangelio del Lunes 10 de Enero: Marcos 1 del 14 al 20.

Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes al mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres". Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Y esto es lo que hoy me dice Jesús: "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres". Si sigo a Jesús ya no voy solo a "echar redes", no voy a tener una vida monótona y sin sentido, voy a hacer con Él algo mucho más significativo. Voy a "pescar hombres" para SU reino, y así ha sido desde la primera vez que dije SI.

La vida con o sin Jesús marca toda la diferencia. Hace 22 años, para ser muy exacta, yo estaba en la búsqueda. Me sentía vacía con una vida monótona y sin sentido y busqué como llenarla sin éxito. Pero un buen dia, leí un libro para educar mejor a mis hijos, se llamaba "Hijos Triunfadores", y en el último capítulo venía la importancia de oar en familia. En la foto del inicio del capítulo estaba una familia hincada, tomados de la mano orando. En ese momento pensé: "Quisiera esto para mi familia". Unos dias después recibí una invitación para orar con vecinas y un mes después otra invitación para formar NET (cub católico de niños). Ahí donde estaba, Jesús me llamó. No me llamó a encerrarme en una iglesia y descuidar a mi familia. Me puso todos los medios y se manifestó de mil maneras con pequeños milagros, que para mí fueron muy grandes, para apoyar a mis hijos y a los amiguitos de mis hijos, y me ayudó con mi familia y mi matrimonio, y en ese camino... ¡me encontró!

En cada etapa de mi vida me vuelve a decir lo mismo: "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres", porque no puedo quedarme estacionada con lo que pasó hace 22 años. Hoy me pide algo distinto. 

Déjate encontrar. Dile SI en este 2022...¡otra vez! Porque el Si de ayer tiene que ser renovado. Tu vida de su mano será como aquella primera vez que te encontró, dejarás la monotonía, la tristeza, el agobio, las preocupaciones sin sentido y volverás a sentir el gozo inimaginable que sentiste ese primer día. Si es tu primera vez en decir SI, prepárate, porque lo mejor estás por vivirlo.

 

Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron... Los que comieron eran cinco mil hombres.

Evangelio del sábado 8 de Enero 2022: Marcos 6, 34-44

"... Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo pronunció la bendición, partió los panes y se los iba dando a sus discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres."

El Señor es bueno. Que no tenga duda de eso. Me da solo lo mejor, y como aquel día, hoy también puedo ver sus grandes y pequeños milagros en mi vida cotidiana. Esto no quiere decir que me de todo lo que le pido, pero he aprendido a confiar que si es algo  bueno me lo dará, me enseñará el camino, me dará los medios y abrirá puertas inimaginables.

Gracias a Dios, Tony (mi marido) y yo estamos de vacaciones lejos de nuestra casa y mi hijo Alfredo va a irse a Praga a cursar unas materias de su carrera. Estaba muy emocionado haciendo su itinerario de viaje porque iba a irse unos 10 días antes. Compartía con nosotros sus rutas y los lugares que quería visitar. Se iba el 29 a pasar Año Nuevo allá con uno de sus mejores amigos que vive en Alemania, pero un día antes de Navidad resultó positivo de COVID. Cancelamos su vuelo y empezamos a ver si podíamos comprarle otro vuelo con nuestras millas un poco antes de que empezara su programa de estudio el 10 de Enero. Yo estaba muy triste por el  porque era probable que no se pudiera ir. Pensaba que era su último viaje de estudiante antes de que se pusiera a trabajar, y Tony me dijo: "Si no se puede ir pensemos que por algo pasan las cosas". Esas palabras me dieron mucha paz y empecé a orar y a dar gracias: Solo TÚ Señor sabes todo lo que pasará, TU eres bueno y se que si no permites que Alfredo se vaya es por algo y por eso te doy gracias. Si permites que se vaya... tambien gracias! Hablamos con la persona que nos ayuda en  Aeromexico a hacer reservaciones y me dijo: "Esta dificilísimo encontrarle vuelo y menos con millas! Va a ser un milagro si le encuentro algo".  A los pocos minutos me hablo que le había  encontrado vuelo para irse el 7, justo a tiempo, con nuestras millas y en primera... no nos costo nada! Solo le tenia que conseguir un vuelo a Monterrey por Volaris porque Aeromexico ya no vuela a Monterrey. Estábamos muy contentos, su prueba de PCR dio negativa y empezó a empacar. Nos mandaba fotos de su maleta a reventar de cosas. Ayer a las 2 de la mañana de él  y 7am nuestras recibimos un mensaje, todavía no despegaba el avión por neblina, tenían tres horas arriba del avión y no sabían que iba a pasar, por fin una hora más  tarde los bajaron a todos. Estaba muy nervioso porque iba a perder su conexión. Entonces me salí al balcón frente a un mar precioso a rezar El Rosario. Ahí vi a unos pelícanos pescando en el mar y me acordé de estas palabras de Jesús: "Mirad a las aves del cielo, que no siembran ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre Celestial las alimenta. No sois vosotros de mucho más valor que ellas?" (Mateo 6:26). Le dije a la virgencita: "Señora si es bueno que se vaya mi hijo a quien tanto quieres,  intercede para que se disipe la neblina de Tijuana". Mientras rezaba El Rosario me imaginaba a la virgencita con su brazo quitando toda la neblina del cielo negro de Tijuana.  Cuando termine de rezarlo me dijo Tony: "Acabo de hablar con el Baby. (mi cuñado que es piloto) Dice que llegó  un viento y se quito la neblina y que ahora ya tienen 4 millas de visibilidad y que con 1 es suficiente para volar." Despegó el avión, alcanzó su conexión y ahorita está haciendo su ultima escala. Dios quiso, porque era algo bueno.

Esta mañana pienso en todos los contratiempos para que mi hijo se fuera y en todo lo bueno que resultó. Lo primero es que vi sin lugar a dudas su mano protectora y su milagro muy evidente para mi de darnos un vuelo gratis y disipar la neblina. Además pude entender una vez mas la importancia de la oración, de ser dócil, de dar gracias y de confiar en Él.

"Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios..."

Evangelio del miércoles 15 de Diciembre: Lucas 7, 19-23.

"Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?... Y respondiendo les dijo: "Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados."

En aquel tiempo Juan el Bautista estaba en un calabozo encarcelado por Herodes. Seguramente pensaba: "¿Por qué Jesús no  hace nada? ¿Será acaso que me equivoqué y no es el Mesías?" Y entonces mandó a preguntar: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?"  A veces en mi vida así pasa. Pido algo con todo el corazón y puedo llegar a pensar que el Señor no me escucha. Para todos los que a veces nos sentimos sin respuesta por parte de Dios, para los que pedimos con fe y no pasa nada, esta es la respuesta que nos da Jesús: " los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados."  Y entonces recuerdo todas las maravillas que ha hecho Dios por mi.

También me hace bien recordar todas las veces que me preocupé hasta el extremo por algo que nunca pasó, recordar las bendiciones, en un principio escondidas, que he ido  descubriendo con el tiempo y dar gracias por todo lo que pedí y no recibí porque mi Dios tenía algo mucho mejor para mí.

Hoy recuerdo el peor dia de mi vida, el dia que el doctor nos dijo que mi hijo Alfredo tenía leucemia. Después de 17 años puedo reconocer que fue ahí donde Dios me encontró y toda mi vida cambió, me consoló, me rodeó de gente buena y finalmente sanó a Alfredito. No siempre coincide SU voluntad con mi voluntad, pero he aprendido que la SUYA es siempre la mejor. A veces lo entiendo, a veces no, pero confío que todo, absolutamente todo "obra para bien para todos los que aman al Señor" (Romanos 8:28). Nada es casualidad, todo es parte de SU plan perfecto: "los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen..."

Señor hoy quiero decirte: En TI confío.

"Hijo ve a trabajar hoy a la viña" El contestó: "Ya voy", pero no fue.

Evangelio del martes 14 de Diciembre: Mateo 21, 28-32.

"¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: Hijo, ve a trabajar hoy a la viña. Él le contestó: Ya voy señor. Pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este respondió: No quiero ir. Pero se arrepintió y fue. ¿Cual de los dos hizo la voluntad del padre?" Ellos respondieron: "El segundo".

La religiosidad sin obras hace mucho daño, y es una de las cosas que más desagrada al Señor: la hipocresía. Este era el comportamiento de los fariseos de antes, pero la pregunta hoy es para mí y para ti: ¿YO doy testimonio del amor de Dios? ¿Amo a los otros como Jesús me enseñó? ¿Voy a su "viña" y doy testimonio de las maravillas que ha hecho el Señor en mi vida? ¿Oro por "mis enemigos" o solo por los mios? ¿Perdono o guardo rencores viejos? En otras palabras, ¿digo que amo al Señor o lo demuestro con hechos?

En dos o  tres ocasiones he coincidido con una amiga de mis amigas que siempre saca el tema de la corrupción de la iglesia y de los padres que han abusado a menores, y en el grupo que estamos todas le dan la razón. La primera vez di mi punto de vista, que es en resumidas cuentas, que hay maldad en todas partes, dentro y fuera de la iglesia y no perder de vista lo importante que es Dios. Estas palabras la enfurecieron y despotricó aun más en contra de la iglesia. Yo sentí un dolor muy grande. Es como si alguien criticara a tu hermana que amas, y que sabes que lo que dicen de ella es verdad, pero aún así la amas y sabes que no todo es malo, que tiene muchísimas cosas buenas, pero la persona que la critica solo ha conocido lo malo de ella.  La segunda vez que me tocó coincidir con ella y que volvió a hablar mal de la iglesia y de los sacerdotes, decidí quedarme callada, pero llegó un punto en que no pude seguir oyendola, y terminé contestándole otra vez para llegar a una discusión que no sirvió de absolutamente nada. La última vez que la vi, le di la espalda, platiqué con alguien más y la ignoré. ¿Cual de estas tres actitudes fue la correcta? ¡Ninguna! Porque esta persona ha experimentado la hipocresía de quienes dicen que aman a Jesús y la realidad es que no lo conocen. Ella conoce una verdad, conoce la hipocresía y esto destruyó su fe  y  truncó su camino hacia el Señor que la ama y no tiene nada que ver con quien dijo SI pero hizo lo contrario.

"No todo el que diga: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, más el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos". (Mateo 7:21)

 

 

 

"...el más pequeño en el reino de los cielos, es todavía más grande que él".

Evangelio del jueves 9 de Diciembre: Mateo 11, 11-15.

En aquel tiempo Jesús dijo a la gente: "Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él".

Con Juan el Bautista termina el Antiguo Testamento y con Jesús empieza el Nuevo Testamento. ¿Qué significa esto? Significa que antes de Jesús el hombre tenía que cumplir con una serie de reglas y de mandamientos para ir al cielo, pero todos sabemos que por más bien que nos portemos siempre hay ocasiones en que fallamos, inclusive los santos, si lees sus vidas, te darás cuenta que eran hombres y mujeres imperfectos. Entonces llega Jesús y parece que nos pide cosas muy difíciles: ama a tu enemigo y ora por él, sé el último para ser el primero, perdona siempre, ama a Dios sobre todas las cosas... pero también nos dice que no estamos solos, que si se lo pedimos nos enviará al Espíritu Santo, y que solo necesitamos creer en Él para ser hijos de Dios: "Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre" (Juan 1:12).

"...el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él" ¿Tu y yo somos más grandes que Juan el Bautista? ¡Si! Porque a partir de Jesús, si creemos en Él, somos hijos de Dios. Somos parte de SU familia y solo por eso somos más grandes. No por lo que hagamos, ni siquiera porque los merezcamos, sino simplemente por aceptar el gran regalo que Dios nos dio: Jesús. Eso es todo.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna."

 

 

 

Suponed que un hombre tiene cien ovejas, si una se le pierde, ¿no deja a las noventa y nueve y va en busca de la perdida?

Evangelio del Martes 7 de Diciembre: Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "¿Que os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas; si se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños".

Para todos los que tenemos hijos, esposo, padres o personas que amamos y no conocen al Señor, puede ser que a veces creamos que nunca tendrán un encuentro con Jesús, porque lo hemos orado y parece que nada cambia. Sin embargo Dios siempre escucha a sus hijos y si tu o yo lo hemos pedido, esta es su repuesta: "...no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños".

El Domingo pasado nos preguntaba el padre en misa: "Qué los trae a misa cada Domingo? ¿Cuando fue que tuviste ese encuentro con Jesús que te cambió? Hace algunos años, cuando estaba en otra parroquia conocí a una pareja muy devota, que iba todos los dias a misa. Un dia me acerqué y les pregunté: ¿Cual es su historia? ¿Por qué aman tanto a Dios? Y el señor me platicó: "Yo iba todos los dias a San Diego a trabajar con otros tres amigos y compartíamos el carro, pero un dia tuvimos un accidente terrible y murieron todos menos yo. ¡Los vi morir padre! Pero eso no me cambió. Más adelante mi hijo de 12 años se enfermó. Tenía un tumor en el ojo y los doctores nos dijeron que no había remedio. Le hicieron una operación y contra todos los pronósticos ¡mi hijo sanó! El doctor nos dijo: "Esto es un verdadero milagro, no me explico como pudo sanar su hijo." Entonces yo hacía muchas preguntas y no creía que fuera posible, hasta que mi hijo se paró y me sacudió y me dijo: "¡Papá! ¡Quiero que creas! Es un milagro, porque cuando yo estaba en la mesa de operaciones, vino Jesús y me tocó mi ojo, y ¡Él me sanó!"  Entonces llorando me hinqué y di gracias a Dios. Desde entonces no he dejado de venir a la iglesia a darle gracias y a alabarlo."

Cada encuentro con Jesús es impresionante y maravilloso. El Señor quiere encontrar a ese hijo tuyo, a tu esposo, a tu amiga... el Señor tiene algo único preparado para ellos en su tiempo perfecto, porque es su voluntad "que no se pierda ni uno de estos pequeños." Esa es su promesa.

"... una palabra tuya bastará para sanarme".

Evangelio del Lunes 29 de Noviembre: Mateo 8, 5-11.

En aquel tiempo, al entrar Jesús a Cafarnaúm, un centurión se acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho". Le contestó: "Voy a curarlo". Pero el centurión le replicó: "Señor yo no soy digno de que entres en mi casa. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano."

Estas palabras del centurión son las mismas que repetimos antes de comulgar en misa: "Señor yo no soy digna de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".  No importa lo que haya hecho, todos los rosarios que haya rezado y las veces que te haya ido a visitar al Santísimo, no soy digna. No importa que haya fallado cien mil veces, y me sienta, con justa razón  indigna. No importa. El invariablemente me dice: "NO es por ti, es por MI".

Esta mañana escuché un podcast del testimonio de Ken Mansfield titulado "The Beatles, The Bible and Beyond".  Ken, siendo muy joven, empezó a a trabajar en Capital Records, una compañía de música que grababa los discos de muchos famosos, entre ellos a los Beatles. Fue el gerente de los Beatles en Estados Unidos cuando aún estaba en sus veintes y se hizo muy amigo de ellos. A través de los años fue ascendiendo hasta llegar a tener su propia compañía. Estaba en la cima de la montaña. En su ascenso por el mundo de la música, vivió una vida alejada completamente de Dios, joven, guapo, rico, parecía que lo tenía todo, pero poco a poco, perdido y con vicios empezó su decadencia. Un día, sin trabajo, sin dinero, sin salud y sin juventud se hincó ante Dios y le entregó lo que le quedaba de vida, ¡que resultó no ser poca cosa!  Hoy da su testimonio ante miles y sirve a Dios. Ken cuenta que nada es casualidad y que Dios le permitió ese camino para llegar hasta donde estaba hoy. Cuenta en su testimonio que un dia estaba dando su testimonio ante un gran público y que al final ya no había tiempo para preguntas y respuestas y solo podían contestar dos preguntas. Entre todo el público de miles y miles, el organizador escogió a una señora sentada casi hasta atrás del auditorio. La señora se levantó y dijo: "Yo no voy a hacer una pregunta. Más bien quiero platicarle algo al señor Ken Mansfield. Cuando yo era una niña, fui a un campamento cristiano y nuestro pastor nos dijo que nos iba a tocar orar por alguien que estuviera muy alejado de Dios, y entre todos los nombres que había en una tómbola estaba la de los Beatles y las personas que trabajaban para ellos. Yo saqué un nombre: Ken Mansfield. Oré por su salvación durante toda mi secundaria, prepa y mi carrera. Cuando empecé a trabajar me alejé de Dios. Creí que me estaba divirtiendo mucho. Dejé de orar por usted y por mí. Hace poco mi vida se volvió un desastre. Estaba triste, sola y muy lejos de Dios. Pero esta mañana abrí el periódico y vi un anuncio: "Ken Mansfield, el hombre que estuvo a un lado de los Beatles, dará el testimonio de su conversión". Entonces sentí que Dios me habló en mi corazón: "Hijita mia, ¿recuerdas como era tu vida cuando estabas cerca de mí? ¿Qué dulce y buena era? ¿Recuerdas cuando orabas por Ken?"  Entonces supe que tenía que venir y aquí estoy."  Ken reflexionó con el público: "Nada es casualidad, una palabra SUYA basta para salvarnos." 

 

"Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida".

Evangelio del sábado 27 de Noviembre: Lucas 21, 34-36.

"Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un  lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre".

Borracheras, juergas y las inquietudes de la vida, esto embota mi corazón. Dice el diccionario que embotar significa quitar percepción o actividad a los sentidos, la voluntad u otra facultad. Pierdo la sensibilidad para orar y para entender lo que Jesús me dice. No percibo ni escucho la voz del Espíritu Santo en mi corazón, eso que mueve mi alma y me da la certeza de lo que tengo que hacer. Entonces empiezo a caminar sin rumbo. 

Jesús me presenta dos caminos peligrosos que embotan mi corazón. Uno es esa filosofía que muchos jóvenes llaman YOLO (You Only Live Once). Mi objetivo es pasármela bien ahorita sin pensar en el mañana, pero el mañana invariablemente llega, y las borracheras y juergas cobran su cuota. Es un estilo de vida del "SOLO HOY", ya mañana veré que pasa.

El otro camino que me aleja de Él, es vivir inquieta por las preocupaciones de esta vida. Esta forma de vivir la  vida es contraria al YOLO. Puedo autonombrarme "responsable", pero en realidad lo que estoy haciendo es poner lo material o las relaciones en primer lugar a tal grado que no hay espacio para Dios. Prueba lo contrario. Prueba poner a Dios primero y el Señor te dará la sabiduría para vivir una vida balanceada. Te bendecirá y nada te faltará. No porque mágicamente te caiga dinero del cielo, sino porque vivir como Dios manda: amando, siendo generosa, honesta, perdonando y haciendo lo que el Señor ponga en tu corazón, invariablemente tendrá como resultado abundancia en cada aspecto de tu vida.

"Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que echan brotes, conocéis por vosotros mismos que está llegando el verano".

Evangelio del viernes 26 de Noviembre: Lucas 21, 29-33.

"Fijaos en la higuera y en todos los demás árboles: cuando veis que echan brotes, conocéis por vosotros mismos que ya está llegando el verano. Igualmente vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. En verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."

Cuando te comes anticipadamente una fruta que no ha madurado aún, está dura e insípida y no la disfrutas. En cambio si esperas un poco más, esa misma fruta se vuelve jugosa, dulce y deliciosa. Todo radica en esperar el momento perfecto, no menos ni tampoco más.

Jesús hoy me habla del reino de Dios y del tiempo perfecto. ¿Cuándo es el tiempo perfecto para gozar del reino de Dios? ¿Cuando muera y "me vaya al cielo"? No. Jesús en repetidas ocasiones dijo: "El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros". (Lucas 17:20). "El tiempo fijado se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado. Convertíos y creed en la Buena Nueva". (Marcos 1:15). El tiempo perfecto para entrar al reino de Dios es personal y depende de cada  uno de nosotros. Es una decisión. ¿Quiero entrar al reino de Dios? Si la respuesta es SI, es porque "el fruto está maduro", es tiempo, entiendo lo que implica. Con tan solo desearlo con todo mi corazón, el Señor me dará los medios y me indicará el camino. 

El reino de Dios es el verdadero destino de todo ser humano, el problema es que no lo sabemos y buscamos sustitutos en lo material, en las relaciones, en el éxito profesional o académico, para darnos cuenta, a veces tarde, que no era eso. Hoy Jesús no quiere eso para mí ni para ti. Quiere que entremos a Su reino en el momento perfecto, cuando el fruto esté maduro, jugoso y delicioso. Cuando Él nos llame y ponga en nuestro corazón el "querer", cuando hayamos recorrido un camino que nos lleve a Él, cuando tal vez por un pena muy grande, un tropiezo doloroso o una decepción, lleguemos a esta conclusión: Solo Dios. Solo Dios llena el vacío de mi alma. Solo Dios sana esta herida o esta pena. Solo Dios le da sentido a mi vida. Solo Dios me da un profundo gozo, aún en medio de la tempestad. Entonces está llegando el verano y el reino de Dios está cerca.    

"...no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida".

Evangelio del martes 23 de Noviembre: Lucas 21, 5-11.

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: "Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no será destruida".

Y así fue. Llega un momento en que todo lo material se acaba, se deteriora, se desmorona, y lo que tanto trabajo costó construir, queda a través del tiempo, en ruinas. Es bonito disfrutar de nuestras casas, decorarlas y hacerlas agradables para nuestras familias, pero que esa no sea nuestra prioridad, porque las cosas se terminan y porque Dios nos ha dicho que sea EL el que esté en primer lugar en nuestras vidas.

Ayer volvimos a ver la película del Titanic. Creo que la mayoría la hemos visto por lo menos una vez, y si recuerdas la película empieza con una expedición al fondo del mar donde estaba hundido el Titánic, destruido completamente en la obscuridad de la profundidad del océano. Rose, la viejecita protagonista de la película, empieza a platicar su historia y a recordar un barco hermosísimo, lleno de lujos y del que se decía que: "Este barco ni Dios lo hunde". En el caso del Titanic, no completó ni una sola travesía, navegó durante cuatro días y medio, chocó contra un iceberg y se hundió en dos horas y 40 minutos, muriendo alrededor de 1,500 personas. Nada de lo material dura, y en el caso del Titanic, el "barco que ni Dios lo hundía" duró cuatro dias. 

Hoy Jesús nos recuerda el templo de su tiempo, hombres orgullosos de su construcción, pero como el Titanic, destinado a la destrucción. Nada es para siempre. Solo Dios. Démosle a Él y no a las cosas, el lugar principal en nuestra vida.

"Amarás a Dios sobre todas las cosas..." (Marcos 12, 30-31)

 

Mi casa será casa de oración; pero ustedes la habéis hecho cueva de ladrones

Evangelio del jueves 19 de Noviembre: Lucas 19, 45-48.

"Escrito está: "Mi casa será casa de oración"; pero vosotros habéis hecho una cueva de bandidos". 

¿Qué es una cueva de banidos? Los que roban. Lo que me roba mi intimidad con el Señor, lo que me quita el tiempo para sentarme en las mañanas a orar y a escribir este blog, lo que me distrae cuando estoy en misa oyendo Su palabra, todo lo que aunque parece bueno e inofensivo le quita ese primer lugar a Dios. Esa es la cueva de ladrones para mí y para tí.

Pensemos en los bautizos, las primeras comuniones y las bodas. Muchos de nosotros lo hicimos por tradición, por hacer una fiesta, por celebrar con nuestra familia y nuestros amigos y dejamos olvidado lo importante: que es la casa del Señor, y que Él es primero.

Esta mañana salgo a Puebla a celebrar el bautizo de mi nieta. Estoy feliz por ver a mi hija y a mi nieta y porque vamos a reunirnos toda la familia, ¡y eso es bueno! Eso lo quiere Dios, pero hay algo que me dice en mi corazón: ¡Primero YO! Que nada robe esto, la casa del Señor, Su iglesia, es un lugar de oración, para pedir unos por otros, para pedir bendiciones, para dar gracias, para escuchar al Señor. Que hermoso y que bueno para nosotros hacer esto. Primero Dios, en SU casa y en mi vida.. 

 

"Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo..."

Eangelio del 17 de Noviembre: Lucas 19, 11-28.

"... Se presentó el tercero y le dijo: "Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado. El señor le contestó: "Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno..."

Es así Dios? El Señor es exigente y reclama lo que no ha invertido? Este es el pensamiento de quien considera que no tiene nada que dar, se siente desafortunado, voltea a su alrededor y ve a gente más rica o tal vez personas más inteligentes o más espirituales o inclusive más felices. Es quien ve la vida con apatía, pereza o tristeza,  porque: "Pobre de mí que nací pobre, o en una familia disfuncional, o que me fue tan mal en mi matrimonio, pobre de mí porque nada me sale bien, qué puedo dar yo si no tengo nada?"  Otra actitud que puede llevarme a guardar mi talento es creer que no tengo tiempo, que tengo muchas responsabilidades y que servir es una opción. Esas son las mentiras que susurra el enemigo de tu alma para paralizarte y para que dejes de hacer TU misión divina, eso para lo cual fuiste creado y que solo tu podrás hacer. Algo quedará inconcluso si guardas en un pañuelo el talento que Dios te dio.

Cuando estaba en ANSPAC Joven, un apostolado que promueve valores entre los jovenes, una de las actividades que hacíamos era un recuento de sus talentos. Esta dinámica les costaba mucho trabajo a algunos niños. Reconocer para que soy buena y qué puedo hacer con ese talento que Dios me dio para ponerlo al servicio de otros es el comienzo de una buena vida. Descubrirás que haciendo lo que tal vez creias que era mucho trabajo o complicado, resulta ser más sencillo de lo que pensaste, se abren puertas y te das cuenta de que también eres organizado, o líder, o tal vez también eres muy creativo o caes en cuenta que hasta  tu alegría y tu optimismo es un regalo para muchos. 

Hoy ora por tu talento para que Dios te inspire y hagas lo que en tu corazón ha puesto el Señor. 

 

"Acordaos de la mujer de Lot"

Evangelio del viernes 12 de Noviembre: Lucas 17, 26-37.

"Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre. Aquel día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente el que esté en el campo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. El que pretenda guardar su vida, la perderá; y el que la pierda la recobrará."

Cuando escuchamos este pasaje pensamos en el fin del mundo y como será para aquellos que lo vivan. La mayoría de nosotros creemos que esto no lo llegaremos a vivir y por lo tanto, no aplica a nuestras vidas. 

Hoy te propongo que escuchemos este pasaje de manera diferente: "Así sucederá el día que se revele el Hijo del hombre". ¿Se ha revelado Jesús en tu vida? ¿Has tenido un encuentro personal con Él? ¿Has vivido la maravillosa experiencia de sentirlo en algún momento o de escucharlo sin lugar a dudas? A TI te habla hoy Jesús. Si ya te fue revelado el Hijo del hombre NO vuelvas a lo de antes: "Aquél día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en casa no baje a recogerlas; igualmente el que esté en el campo no vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot". ¿Qué le pasó a la mujer de Lot? Ella y su familia estaban siendo salvados de la destrucción de Sodoma, y había recibido una instrucción: No voltear hacia atrás. Sin embargo volteó y se convirtió en una estatua de sal. Hoy Jesús te recuerda: A tí también te salvé, te encontré aquel dia y hoy te pido que no vuelvas a lo de antes. No bajes de la azotea "por tus cosas", no "regreses del campo", y recuerda lo que le sucedió a la mujer de Lot.

El enemigo es experto en hacerte recordar con añoranza los tiempos en los que no conocías a Jesús. Lo padrísimo que te la pasabas haciendo esto o aquello, que ahora ¡resulta que es pecado! Trae a tu mente lo divertido que fue y no los vacíos de tu alma por vivir lejos de Él. Satanás quiere que quieras voltear, como la mujer de Lot, regresar del campo, bajar de la azotea y seguir viviendo como antes de conocer al Hijo del hombre.

No caigamos en la tentación de los israelitas, cuando Moisés los liberó de Egipto y caminaban hacia la tierra prometida: "Y los hijos de Israel les decían: Ojalá hubiéramos muerto en manos del Señor en la tierra de Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos..." (Exodo 16:3).  ¿De verás? ¿Esa era su vida en Egipto? Porque eran esclavos, los azotaban y los obligaban a construir inmensas pirámides bajo un sol abrasador que los quemaba. Sufrían y fueron liberados, pero volteaban hacia atrás, y Satanás no les recordaba los azotes, el cansancio extremo y su falta de libertad. Les recordaba la olla de carne que alguna vez comieron. 

No volteemos. Sigamos hacia adelante de la mano de Jesús. 

"El reino de Dios está en medio de vosotros".

Evangelio del jueves 11 de Noviembre: Lucas 17, 20-25.

En aquel tiempo los fariseos preguntaron a Jesús: "¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?"  Él les contestó: "El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: "Está aquí" o "Está allí", porque mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros".

Quizá cuando rezas el Padre Nuestro, no hayas recapacitado en esto que decimos: "...venga a nosotros tu reino..."  ¡Que el reino de Dios esté en nosotros! ¿Se puede? 

Hace muchos años conocí a Rossy. Es de esas amigas que aunque no la conozco de toda la vida, siento  que sí, y podemos platicar horas de cosas muy bonitas y profundas. Nuestro principal tema siempre es Dios. Rossy me sorprende porque su vida es una constante aventura, ella ve mucho más allá que el resto de nosotros, ve con los ojos de su espíritu y está siempre al pendiente de su relación con Dios. Su voz es muy dulce y tiene una profunda sabiduría que comparte con mucha humildad. Mi amiga tiene un grupo en fb, que se llama Dios con Nosotros, y a través de esta página comparte vivencias, nos invita a orar unos por otros y da a conocer la vida de santos entre otras muchas cosas. No hay para Rossy alguien más importante en su vida que Dios, El Señor es su Rey y mi amiga es ciudadana del reino de los cielos.

No todos vivimos así y la velocidad con la que caminamos hacia el Señor es personal. Creo que la mayoría de los que amamos a Dios llegamos a entrar a Su reino para días más tarde salir de él porque nos envuelven las preocupaciones de este mundo. Precisamente ayer, unas amigas reflexionaban que si el mundo se llegara a acabar hoy no estarían "listas" para entrar al cielo. Hoy te digo algo: Nunca lo estaremos. Porque no es por nuestros propios méritos que vamos a llegar al paraíso, es por el sacrificio que hizo Jesús en la cruz. Solo por eso. Vivamos en el intento, y cuando nos equivoquemos y sintamos que hoy o ayer no pusimos a nuestro Señor en su lugar de rey, pidamos perdón e intentemos de nuevo, y que ese dia del fin de nuestros tiempos, nos encuentre Jesús en la lucha, orando unos por otros, queriendo poner a Dios primero y experimentando la alegría de vivir en el reino de Dios.

"¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado dela llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido."

Evangelio del jueves 14 de Octubre: Lucas 11, 47-54.

"¡Ay de vosotros, maestros de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia: vosotros no habéis entrado y a los que intentaban entrar se lo habéis impedido".

La llave de la ciencia es la llave del conocimiento. Hay mucha más responsabilidad para quien sí sabe, para quien ha tenido la oportunidad de recibir educación, para quien tiene un puesto importante, para los líderes natos y líderes por la posición en la cual se encuentran. Su influencia es mucha y Dios pedirá cuentas de esa influencia.

Hoy debemos reflexionar quienes son o han sido las personas sobre las cuales hemos tenido influencia y si hemos hecho nuestra parte para ayudarlos a conocer al Señor. Los maestros de la ley vivían para hacer cumplir la ley, pero olvidaron lo esencial: el amor de Dios. Creer que por mis propios actos podré "ganar el cielo" es una tentación de Satanás. Jesús murió por mi, y es por Él que me he salvado. Es por Jesús y no por mí que iré al cielo. Una vez que sé esto quiero compartirlo, quiero que otros sepan de este gran regalo, que se puede o no aceptar.

Ver al maestro de la ley como un personaje lejano, de otra cultura y que no tiene nada que ver conmigo, es un error. Siempre hubo, hay y habrá personas que estén en una posición de gran influencia, pero también hay que aceptar que quien quiera que seas, tienes o has tenido influencia sobre alguien, ya sea sobre muchos o sobre pocos, y sobre ellos eres responsable. Hagamos nuestra parte, que nuestra influencia sea para acercar a otros a Dios a través del amor, de nuestro testimonio y sobre todo de nuestras oraciones que el Señor siempre escucha y en su momento perfecto, contesta.

 

"Ay de vosotros que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de todas las hortalizas, minetras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios!

Evangelio del Miércoles 13 de Octubre: Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo dijo el Señor: "¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto es lo que había que practicar sin descuidar aquello".

El diezmo de las hortalizas. ¿Qué significa esto? Significa estar al pendiente de hasta la más mínima regla y ley religiosa. ¿Es bueno esto? ¡SI!  "Esto es lo que había que practicar sin descuidar aquello". Jesús no vino a abolir la ley sino a darle plenitud (Mateo 5:17). Vino a darle sentido a las reglas y mandamientos, y el sentido es el amor. Si no hay amor, de nada sirve.

¿Cómo se relaciona esto conmigo? Se relaciona porque conozco a Dios, porque soy religiosa a los ojos del mundo y mi testimonio puede hacer mucho bien o mucho mal. Quién no ha oido decir: "Mira cómo se comporta, ¡y eso que va a misa todos los días!" La implicación es: De nada sirve ir a misa todos los dias. Hoy cuida tu testimonio, TU eres embajador del Señor, eres su representante, eres aquel a quién Él llamó de entre muchos para que otros lo conozcan.

"Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles... si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy una campana desafinada!" (1 Corintios  13:1)

"Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen"

Evangelio del Martes 12 de Octubre: Lucas 11, 27-28.

"Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen."

El gran peligro para los que somos cristianos y vamos a misa o inclusive a retiros y a grupos en donde aprendemos más sobre la Palabra de Dios, es creer que porque escuchamos y conocemos lo que Dios dice, estamos haciendo Su voluntad. No es así. El gran reto no es querer escuchar lo que me enseña Jesús, ni tampoco estar de acuerdo con Su palabra, el reto es hacer eso que el me pide que haga. 

Hay una pregunta que deberíamos hacernos cuando estamos ante una encrucijada: ¿Qué haría Jesús? ¿Jesús discutiría con su hermana o su amiga porque tiene la razón? ¿Jesús criticaría a otros y los juzgaría por lo mal que están actuando? ¿Jesús estaría enojado por dias o inclusive meses por algo que alguien le dijo? ¿Jesús no estaría dispuesto a perdonar la peor ofensa del mundo? No. Si eres cristiano, Cristo es tu guía, tu ejemplo a seguir y no basta escucharlo, eres bienaventurado si escuchas y cumples lo que Él te diga.

¿Qué significa bienaventurado? Bienaventurado significa FELIZ o AFORTUNADO. Jesús nos da el secreto para ser feliz, y este secreto es hacer lo que dice su palabra. El problema con esto es que lo que me pide es muchas veces un paradigma: Dar para tener más, orar y amar a mi enemigo, ser el último para ser el primero... y muchas veces no me atrevo a ponerlo en práctica, pero hay algo que debe recordar siempre: Dios no miente. Haz la prueba. Da, ama a tu enemigo, ora por él, despójate de tu orgullo, hazlo de SU mano, pídele ayuda porque solo no podrás y experimentarás la maravilla de ser bienaventurado.

 

"...pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás".

Evangelio del lunes 11 de Octubre: Lucas 11, 29-32.

"Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación."

Jonás fue tragado por una ballena y expulsado por esta al tercer día, para que el profeta fuera Nínive y predicara sobre el arrepentimiento. El signo de Jonás debería de ser suficiente. Que Jesús, Dios mismo encarnado, murió por mis pecados, y resucitó al tercer día, debería de bastarme para saber lo más importante de mi vida: Dios me ama. Si este signo no es suficiente para mí es porque no lo entiendo.

Condicionar a Dios para creer y para amarlo, es algo muy humano, y viene de esta inseguridad sobre la magnitud de SU amor. Podemos orar: "Sana a mi hijo y dedicaré mi vida a TI" o "Salva mi matrimonio y entonces no dejaré de alabarte", o tal vez inclusive: "Si existes, dame esto o aquello y entonces creeré". ¡Es al revés! Primero es creer, alabarlo y dedicar mi vida a Él y así estaré segura que Dios SIEMPRE me dará lo mejor. Inclusive si no lo entiendo. Si Jesús dio la vida por mí y la muerte no lo venció, sé que su amor por mí no tiene límites, que soy importante para Él y que las circunstancias de mi vida que Él permite tienen un porque mucho más grande de lo que pueda imaginar. 

Hoy, lo que me pide Jesús es creer esto que a veces me parece imposible: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna". (Juan 3:16)

 

"Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros"

Evangelio del viernes 8 de Octubre: Lucas 11, 15-26.

"Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo va a la ruina, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo hecho los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por parte de quién los echan? Por eso ellos mismos serán vuestros jueces. Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros."

Solo Dios puede echar al demonio de tu vida. No se necesita estar poseído. Siempre que hay una situación que divide a tu familia, pleitos,  plabras hirientes, envidia, deseos de venganza y todo lo que te aleja del Señor y te quita la paz, ahí esta Satanás. Si entiendes esto, sabrás que el antídoto es la oración y en casos extremos, la oración y el ayuno.

Cuando escoges a Jesús, también habrá una fuerza poderosa que se oponga, y luchará para que desistas. Por varios años, un grupo de amigas de Ensenada y yo nos hemos reunido a estudiar la Biblia y cada cierto tiempo organizamos un retiro. Al principio no entendíamos que Satanás pudiera fijarse en este grupito y ponernos tantas trabas, creíamos que eran casualidades. Hasta que vimos que no, que a todas nos pasaba algo para impedir que fuéramos y muchas dejaban de ir. Entonces empezamos a orar y tomamos una decisión: no importa qué pase, iremos. Y así fue. No deja de haber situaciones raras y difíciles que nos pasan cada que hay un reitro, pero ya sabiendo de qué se trata no dejamos que esto nos detenga.

Cuando ha llegado a haber situaciones difíciles en mi familia, lo primero que hago es orar y ¡Dios actúa! Me inspira, me guia y echa de esa situación al divisor (diablo). Siempre regresa e intenta de nuevo dividirnos y en resumidas cuentas a tratar de hacernos infelices, pero hoy sé que hacer: Le pido ayuda a Jesús y El SIEMPRE me ayuda. Me ayuda a poner mi parte, me inspira, me da la sabiduría que necesito para resolver la situación y a veces calma tempestades de forma que me queda claro que solo El pudo hacerlo: "... pero si yo echo a los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros".

 

... desposada con un hombre llamado José.

Evangelio del jueves 7 de Octubre: Lucas 1, 26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

José, el esposo de  la virgen María, también fue un elegido del Señor. En primer lugar, los judíos heredaban su origen a través del padre, por lo que era escencial que su padre adoptivo descendiera de la casa de David, y solo él, como varón podía pasar a Jesús ese origen. José no solo era descendiente de David, también dice el evangelio que era un hombre justo y bueno. Cuando supo que María estaba embarazada y ella le explicó que era obra del Espíritu Santo... Quién podía creer eso era verdad! Sin embargo no estalló en cólera ni tampoco se hundió en la depresión. Pensó en dejarla en secreto. Imagina el dolor en su corazón y sin embargo la fortaleza para hacer lo justo.

El hombre que escogió Dios debía ser un hombre sensible a los mensajes del Señor y Dios se comunicó con él a través de los sueños y José LE CREYO. Primero le creyó al ángel que se apareció en sus sueños para decirle que era verdad que María estaba embarazada milagrosamente, después se le creyó cuando le dijo que huyera Egipto para proteger al niño de Herodes y después cuando le dijo que era seguro regresar. 

José fue el protector de Jesús y su mentor en sus primeros años de vida. No era perfecto, pero era lo que Jesús necesitaba. 

Hoy demos gracias a Dios por nuestro padre, porque también El ha escogido al perfecto para ser las personas que hoy somos. NO perfecto como persona pero SI perfecto para darnos ese ADN que Dios quería para ti y para mi, perfecto para forjar el caracter que tenemos hoy y las ciurcunstancias en las que crecimos. Dios NO se equivoca. Por más que puedas creer tal vez que no era el padre que TU querías, piensa que el plan perfecto de Dios para fueras la persona que eres es a través de tu padre.

Para los que tenemos la gran bendición de tener una gran persona como papá, GRACIAS Dios mio!

"Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden".

Evangelio del martes 5 de Octubre: Mateo 7, 7-11.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!".

"¡Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!". En mi mente resuena: "...cosas buenas". Jesús no me dice que Dios me dará TODO lo que le pida, me dice que me dará cosas buenas. Yo creo que todo lo que le pido a Dios es bueno, pero solo Él conoce el futuro perfectamente y sabe de las consecuencias de eso que estoy pidiendo, sabe cuando es el momento perfecto para dármelo y sabe también si no es bueno para mí y no me lo dará. A mí me toca hacer una parte y la otra ponerla en manos de Dios y confiar en que Él es bueno y me ama.

Una de las cosas más difíciles de aceptar es la muerte de un ser querido, y he llegado a entender que esto es algo en lo que no puedo interceder. Puedo pedir por fortaleza para la familia, por esperanza y por buen ánimo, puedo también pedir por fe y la certeza de que Dios está a cargo, porque: "Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo, un tiempo para nacer, y un tiempo para morir..." (Eclesiastés 3, 1-2). Y un día sin importar la edad, ese tiempo llega y es el tiempo perfecto para regresar a Dios.

Hace tiempo vi una noticia en la televisión que me impresionó. Un muchacho que estaba haciendo senderismo solo, se cayó de un barranco y quedó herido y sin poder moverse, solo en un lugar solitario, pero alguien que pasó por ese camino lo vio y habló a los paramédicos. Llegó un equipo de rescate y un helicóptero voló sobre el área del hombre accidentado. Las noticias de la ciudad de San Diego estaban filmando el evento y comentando el milagro de haber encontrado al muchacho. Bajaron una camilla del helicóptero con cuerdas y colocaron al muchacho en ella, lo subieron y cuando estaba por llegar al helicóptero las cuerdas se rompieron y el muchacho cayó al precipicio y murió instantáneamente. Todo filmado. Me pareció increíble y a la vez muy claro: hay un tiempo para morir, y no es "uno de estos dias", es un dia específico y destinado para volver a la casa de Dios.

Oremos por todo,  y Dios nos dará lo que es bueno. Pidamos con la certeza de que Él SI nos escucha y con la certeza también de que se hará SU voluntad. 

"... el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza..."

Evangelio del viernes 1 de Octubre: Lucas 10, 13-16.

Luego, dijo Jesús a sus discípulos: "El que los escucha a ustedes, a mí me escucha, el que los rechaza a ustedes a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".

A veces, caigo en la tentación de sentirme desanimada o triste porque alguien rechaza la invitación que le hice para algo que tiene que ver con el Señor: puede ser invitación a un grupo o algún apostolado, o puede ser a alguna plática o retiro. Pero en realidad NO es a mí a la que rechazan ni tampoco es a mí a la que aceptan. Es al Señor.

Hay muchas escusas por las que una persona puede decir NO a la invitación de Jesús, pero creo que solo hay tres verdaderas razones: no es su momento, no es a lo que está llamada según los planes del Señor o el enemigo de su alma no le permite VER y por lo tanto aceptar a Jesús.  

El Señor tiene un momento perfecto para cada uno, es SU invitación personal. Durante toda mi vida, desde pequeña en un colegio católico, oí hablar sobre Jesús. Recibí muchas invitaciones, pero antes de que la persona siquiera terminara de hablar, yo ya había descartado la posibilidad de involucrarme en lo que me proponían. Pero llegó un momento, cuando tenía a mis hijos chiquitos y buscaba lo mejor para mi familia, cuando me dí cuenta que eso mejor que buscaba era Jesús. En cuestión de dias llegó otra invitación e inmediatamente acepté. No por compromiso sino porque realmente quería. Ese era mi momento.

Cuando empecé con el apostolado de NET (Club católico de niños), invité a varias amigas y conocidas a participar como "guías". Ahí fue donde me quedó claro: ¡No aceptan por mí, aceptan por ÉL!  También entendí que no todas las personas están llamadas a lo mismo. Jesús tiene planes distintos para cada uno y no a todo mundo le gusta trabajar con niños. La invitación no era para todas, el llamado es personal.

Por último hay quien simplemente no le interesa, no quiere escuchar nada que tenga que ver con Dios, a algunos les da flojera reflexionar y si pueden, empiezan a atacar a la iglesia para justificar su NO. A veces noto una aversión muy fuerte y hasta un coraje o enojo. Cuando me he llegado a enfrascar en discusiones para tratar de convencer a esa persona nunca logro hacerla cambiar de opinión y se convierte en una lucha de poder. Es el enemigo que no le permite ver y solo la oración y el ayuno de quienes se preocupen por su alma, lograrán liberarla, para que un día, en su momento perfecto, llegue por fin esa invitación a su corazón.

 

"...y los mandó delante de él, de dos en dos..."

Evangelio del jueves 30 de Septiembre: Lucas 10, 1-12.

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Cuando el Señor nos da una misión apostólica, no nos manda solos, nos manda en grupo o de dos en dos, para animarnos unos a otros, para darnos ideas y hacer mejor el trabajo y también para alegrarnos el camino.

Hace unos tres años, cuando me comprometí para ser la coordinadora de ANSPAC Joven en Tijuana, un apostolado que promueve los valores entre jóvenes a través de jóvenes por medio de cursos y actividades, no sabía ni por donde empezar. Entonces leyendo el manual vi que tenía que conformar un equipo. El Señor me iluminó porque inmediatamente se me vinieron dos personas a la mente: Aymee y Norma. Mis dos amigas son de Ensenada y como se casaron con muchachos de Tijuana tienen muchos años viviendo aquí. Hicimos un buen equipo. Visitamos escuelas y universidades y crecimos exponencialmente. Empezamos con 20 niños y terminamos con más de 300. Todos los martes nos íbamos las tres juntas a una escuelita a Playas de Tijuana, más adelante se unió Cielo, otra amiga más, nos tomábamos un cafecito en el camino y platicábamos de todo, planeábamos nuestras actividades y al final del día concluía que esa mañana había sido mi mejor parte. 

"Trabajar para el Señor" no es algo pesado ni aburrido y si lo llegara a ser es porque NO es del Señor. Mi experiencia ha sido que es de "dos en dos", juntos y en grupo como quiere Jesús que trabajemos para Él.

"Has de ver cosas mayores".

Evangelio del miércoles 29 de Septiembre: Juan 1, 47-51.

... Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te ti". Natanael respondió: "Rabí, tu eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó "¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores".

Pedro no fue el primero que reconoció a Jesús como el Hijo de Dios, fue Natanael, el día que conoció a Jesús. Impresionado por las palabras de Jesús sobre lo que había hecho, le dijo: "Rabí, tu eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Tal vez tú también hayas tenido experiencias en las que dices: "¡Fue Jesús!" Y te maravillas. Pero hoy Jesús nos quiere decir esto: Si permaneces con ÉL verás cosas mayores. Serás testigo de milagros.

Hace algunos años, cuando vivía en Ensenada, conocí a una muchacha de Monterrey que se llama Mariela. Un dia, pasando las vacaciones de Diciembre, nos platicó muy triste que había ido a pasar la Navidad  a casa de sus papas en Monterrey y que la casa se había quemado completamente por un corto en las lucecitas del árbol. Nos dijo que al día siguiente del incendio recorrieron las ruinas de la que había sido la casa de su infancia y tenía una profunda tristeza y pensaba: "¿Por qué lo permitiste Señor?"  No quedaba nada, todo absolutamente todo se había quemado. En eso, vio algo blanco, y en medio de las cenizas y todo lo negro, vió un angelito que ella había hecho cuando era niña y que colgaban en el árbol de Navidad. Lo recogió y se dio cuenta que estaba intacto y que nada le había pasado a pesar de que todo lo demás estaba quemado. Dice Mariela que en ese momento supo que Dios estaba con ella y que era su forma de demostrárselo. Yo me quedé pensando en lo simple del hecho y en que tal vez todo era una casualidad, pero Mariela no podía hablar porque estaba llorando, conmovida y segurísima de que el angelito era una señal de Dios para ella. Y lo era.

Este pequeño milagro que solo ella entendió se me quedó grabado, precisamente por pequeño y personal. Hoy Jesús nos muestra a Natanael, impresionado igual que Mariela por algo pequeño y hace una promesa: " Has de ver cosas mayores". Si me quedo con Jesús, si sigo caminando con ÉL veré cosas mayores y también aprenderé a ver en lo pequeño, lo grande...

"Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?"

Evangelio del martes 28 de Septiembre: Lucas 9, 51-56.

De camino, entraron a una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: "Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y acabe con ellos?"  Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.

Pelear unos con otros a causa de las creencias religiosas desagrada al Señor, y va en contra de lo que Él nos enseñó pero que nos parece muy difícil de hacer: "Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir el sol sobre malos y buenos, y manda lluvia a justos e injustos." (Mateo 5, 43-48).

¿Quiere decir esto que me debo quedar callada y ser "prudente" cuando alguien dice algo contra Jesús? A veces sí. Muchas veces me he enfrascado en discusiones sobre el Señor y sobre todo sobre su Iglesia para terminar en nada y con una sensación de pérdida, porque como dijo un  buen amigo: " ...aunque gane, pierdo". Las preguntas que me debo hacer son: ¿Por qué discuto sobre Jesús? ¿Para ganar y tener la razón? ¿Para convencer a la persona con la que discuto? ¿Para lograr que esa persona conozca y ame a Jesús? Porque ninguno de estos tres objetivos se alcanzan por medio de la discusión. Lo que sucede es un debate en donde cada lado cree que tiene la absoluta razón y en realidad ninguna parte cederá. ¿Qué es lo mejor que puedo hacer? Lo que Jesús me ha dicho: "Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen..." Tal vez no sean necesariamente mis enemigos y solo tienen una forma de ver la vida muy distinta a la mía, a mí lo que me toca hacer es orar por ellos y dejar en manos de Dios la conversión de esa alma, porque la FE viene de Él y es un regalo, nada de lo que diga o haga hará la diferencia mientras el Señor no le dé a esa persona el regalo de la fe.

Oremos hoy por los que no creen. Oremos por ese hijo o hija, por nuestros padres o suegros, hermanas o cuñados, oremos por nuestros amigos y por los que no lo son. Oremos en este momento por esa persona que el Señor nos ha puesto en nuestro corazón. Hablemos de Jesús pero no peleemos con otros a causa de Él. 

 

"El hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y los escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día".

Evangelio del viernes 24 de Septiembre: Lucas 9, 18-22.

Él les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?". Pedro respondió: "El Mesías de Dios". Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie, porque decía: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día".

Había un plan divino, y era este: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día". Se los dijo clarísimo y sin embargo no creyeron. El día que lo crucificaron todos menos Juan, huyeron y se escondieron por temor a los judíos. Lloraban y estaban desconsolados por la muerte de su maestro. Algunos regresaron a Emaus, su pueblo natal, los demás permanecían escondidos, temerosos de ser ejecutados igual que Jesús. ¿Por qué no recordaban estas palabras? ¿No sabían que Jesús resucitaría al tercer día? No. No creyeron. Por eso lloraban.

Recuerdo el día que el doctor nos dijo que mi hijo de seis años tenía leucemia. En aquel tiempo apenas empezaba a conocer al Señor y recibí una llamada de alguien que sí conocía muy bien a Jesús. La señora Guera, mi vecina de toda la vida, me dijo esa tarde: "Ahorita no lo entiendes, pero un dia vas a dar gracias por esto".  Con la enfermedad de mi hijo empezó mi camino acelerado hacia el Señor. En sus brazos descansé, me dio paz, me tomó de la mano y me llevó por donde no quería ir, pero al final lo entendí: era para acercarme a ÉL, para conocerlo y darlo a conocer... era para vivir una vida plena en el reino de los cielos.

Todos tenemos problemas, sufrimientos, dudas del qué será y cómo se resolverá esto o aquello, lloramos y nos desesperamos. Hoy te quiero decir algo: Si Jesús murió por TI, ¿qué no hará para que seas verdaderamente feliz? ¡Pídele ayuda! No te encierres en un cuarto con temor como los apóstoles, cree en SU palabra. Ten fe en que "todo obra para bien para los que aman al Señor" (Romanos 8:28). Ten fe en que sus promesas se cumplen... ¡siempre! No te desesperes, porque el sufrimiento de la mano de Jesús te lleva a Él, a buscarlo, a conocerlo y finalmente a amarlo. 

 

 

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que creen en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Evangelio del Martes 14 de Septiembre: Juan 3, 3-17.

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Hay dos formas de ver la vida en el cristianismo. La primera, que es principalmente como piensan los católicos y lo que a  mí me inculcaron de chica, es que el cielo se gana y que tengo que hacer para merecer. Al final dependiendo de mis obras seré juzgada: "...y el separará unos de otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las cabras a su izquierda..."  ¿Quién es oveja y quién es cabra? ¿Y si somos de las dos, a dónde vamos?

La segunda forma de vivir el cristianismo y que proclaman nuestros "hermanos separados", viene precisamente de este versículo: para ir al cielo solo tengo que creer:  "...para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna".  Eso es todo. Lo demás ya lo hizo Jesús en la cruz, pues Él murió por mis pecados.  ¿Es así de simple? ¿Y si creo y hago el mal, de cualquier forma tengo vida eterna?

Lo que he descubierto es que estas dos posturas no deberían de contraponerse porque se complementan: "La fe sin obras es muerta. Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle' Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma". (Santiago 2, 14-17).

Cuando creo en Jesús, no cuando digo que creo, sino cuando verdaderamente creo porque tuve un encuentro real con Él y vuelvo a nacer, mi vida no podrá ser la misma. Jesús me invitará a hacer obras, algo en mi interior se removerá y tendré la convicción de que es algo que debo y quiero hacer. La vida con Jesús no es pesada, es alegre y está llena de satisfacciones. Cuando le digo SI a Jesús, todo eso que antes era pesado y por obligación, se vuelve opcional. Lo hago porque quiero hacerlo, porque Él me lo pide y porque me da una inmensa alegría obedecerlo. Creer en Jesús me conduce a hacer lo que Él me pide. 

 

"Amad a vuestros enemigos".

Evangelio del Jueves 9 de Septiembre: Lucas 6, 27-38.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian...Pues si amáis sólo a los que os hacen el bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo... Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien, prestad si esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y los desagradecidos."

Y en esto se resume lo que es seguir verdaderamente a Jesús. En mercadotecnia nos enseñaron que para que un producto tenga éxito necesita tener una ventaja competitiva, algo que lo haga diferente a los demás productos similares y entre más significativa sea esa ventaja, más posibilidades de éxito tendrá el producto. Esta es la ventaja competitiva del cristianismo, esto es lo que lo hace diferente: "...amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian...",  y si no aplico esto a mi vida en realidad NO sigo a Jesús, vivo como los no creyentes y no gozo, en este mundo, del Reino de los Cielos.

La frase que queda grabada en mi corazón es: "...será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y los desagradecidos." El Señor ama a TODOS, buenos y malos, agradecidos y desagradecidos, creyentes y no creyentes, y espera que yo ame también a quien "no merezca" mi amor, ¡cómo ÉL lo hace!  ¡Y qué bueno que el Señor ama a todos "los que no se lo merecen"! Porque hace un tiempo, yo era de esas que no tenía fe, que no era agradecida y que vivía muy lejos del Señor y Él me amó tanto que un dia me encontró. 

En la novela "Los miserables" de Victor Hugo, su personaje principal, Jean Valjean, era un hombre muy pobre y un día desesperado por dar de comer a sus sobrinos, roba una hogaza de pan. Por este delito lo meten a la cárcel, de donde se trata de escapar repetidas veces y por esto le dan la pena máxima de 20 años. Al cumplir su condena, Jean Valjean, sale de la cárcel lleno de odio y resentimiento. Señalado en su aldea por ser ex presidiario, nadie lo quiere, solo el obispo del pueblo le da asilo en su casa. Siendo Jean un hombre de corazón duro y desagradecido, por la noche roba al obispo unos cubiertos de plata y se va del pueblo, pero los policías lo detienen y descubren los cubiertos de plata. Lo regresan con el obispo y este responde: "Él no me robó, yo se los regalé... pero hijo, olvidaste llevarte esto también." Y el obispo da a Jean Valjean unos candelabros de pata. Este acto de amor y de perdón cambian al hombre duro, quien solo había recibido malos tratos, injusticias y golpes. A partir de ese momento hay un cambio en Jean Valjean y llega a convertirse en un hombre de bien y generoso que influye para bien en las vidas de otros.

Esta es la historia de alguien que rompió un círculo de odio con amor y esto es lo que quiere Jesús que hagamos tú y yo.

 

Evangelio del martes 31 de Agosto: Lucas 4, 31-37.

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz: "¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo. Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús le increpó diciendo: "Cállate y sal de él". Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.

El poder de Jesús contra el demonio es total. Solo necesitó pronunciar cinco palabras para liberar al hombre poseído: "Cállate y sal de él". Cuando estamos luchando por cambiar algo que está mal, que no te quepa la menor duda que hay una fuerza maligna que se opone y trata a toda costa que continúes haciendo eso que está mal. Tal vez con tus propias fuerzas no lo logres, pero con la ayuda de Jesús se puede.

Hace como unos 18 años, muy al principio de mi acercamiento a Jesús, estaba a cargo de NET (club católico de niños), y como parte de nuestra preparación teníamos un círculo de estudio bíblico en donde me dieron un libro para que lo comprara. A mí no me interesaba ese libro y lo compré obligada. Terminó guardado en un librero por años. Un día, estaba sacudiendo mis libros y me lo encontré, todavía forrado con el plástico que le ponen a los libros nuevos. Lo desempaqué y me puse a leerlo. Se llama "Vicios y Virtudes" del Padre Alejandro Ortega. Este librito es uno de los mejores que he leído en el tema de superación personal. Habla de los vicios que podemos tener y en qué consisten. Para cada vicio hay una virtud que es lo contrario, y las explica. En resumen es una estrategia para reconocer nuestros vicios y tratar de cultivar la virtud contraria, pero sobre todo me sirvió porque es la forma de reconocer qué esta mal y también que hago bien. Una vez que pude hacer esto, pude pedirle al Señor ayuda exactamente donde lo necesitaba y ¡la recibí!

Tratar de cambiar con nuestras propias fuerzas es muy muy difícil. Terminamos por lo general desistiendo. Hoy Jesús nos dice que Él lo puede todo, que Él puede contra todo mal y no necesitamos luchar solos. Pidámosle ayuda hoy, con la certeza de que todo lo puede, de que nos escucha y de que nos dará los medios para reconocer qué debemos cambiar.

Evangelio del Lunes 30 de Agosto: Lucas 4, 16-30.

En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, entró a la sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso de pie para hacer la lectura... Y él comenzó a decirles: "...muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán y el sirio". Al oir esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Todos los hombres de las comunidades de Israel asistían a sus sinagogas que era un lugar de estudio y de oración. Imagínate a todos los hombres del pueblo de Nazaret, furiosos contra Jesús porque había dicho que Dios había preferido curar a un gentil que a los propios judíos, imagínatelos encendidos y con intención de matarlo , y entre todos tomando a Jesús y llevándolo hasta el precipicio de su pueblo para despeñarlo. Eran muchos hombres, con la fuerza que da la furia, y Jesús uno. ¿Cómo te explicas que "Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino."?

Hay una explicación: No era su momento y Dios no lo permitió. Jesús tenía una misión divina que cumplir, todavía iba a curar a muchos enfermos, iba a enseñar a la gente sobre el amor e iba a instruir a sus discípulos para que más tarde anunciaran el evangelio al resto del mundo. No solamente Jesús tuvo una misión divina y estuvo protegido hasta que cumplió todo lo que vino a hacer a este mundo, también tu y yo tenemos una misión divina y si seguimos vivos es porque no hemos terminado. 

Hay un libro que se llama He visto la luz, de Betty Eadie, en donde Betty narra su experiencia de haber muerto por un tiempo y cómo se desprendió de su cuerpo, caminó por un túnel de luz y llegó a la presencia de Dios. Betty narra todo lo que vio en ese lugar maravilloso que llamamos "cielo" y algunas de las respuestas que Dios le dio a sus preguntas. Después de un tiempo le dijeron que no era su momento de estar ahí y que debía regresar, cuenta que se tiró al suelo como una niña y que lloraba y decía que no quería regresar, todos los que estaban a su alrededor la veían preocupados y entonces el Señor le dijo que iban a dejarla ver cuál era su misión divina y que si después de esto no quería regresar, no tenía que hacerlo, pero que iba a olvidar todo lo que viera. Entonces Betty vio y decidió regresar pero con una condición: que en cuanto terminara de cumplir su misión, Dios la regresara a ese hermoso lugar. Recibió la promesa y regresó a la vida de este mundo. Betty eventualmente escribió varios libros, da conferencias en todo el mundo y aún no ha regresado a la casa del Padre. No ha terminado.

Si estás aquí es por algo importante, algo muy importante, y si aún no sabes que te corresponde hacer es momento de preguntarle a Dios y Él te lo hará saber. No importa tu edad o tu circunstancia, tu vida es muy valiosa, porque lo que a ti te corresponda hacer NADIE más lo hará. Si no lo haces, será como ese rompecabezas que le falta una pieza, quedará en el rompecabezas de la humanidad algo inconcluso.

"Envíanos al mundo con las nuevas de tu poder salvador y tu plan eterno para la humanidad". (Salmo 67:2) 

 

Evangelio del jueves 26 de Agosto: Mateo 24, 42-51.

¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga dar a la servidumbre comida a sus horas? Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así. En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: "Mi señor se tarda en llegar", y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes". 

¿Qué espera el Señor de un "criado fiel y prudente"?  "el señor encarga dar a la servidumbre comida a sus horas". La comida a la que se refiere Jesús es todo lo esencial para sobrevivir y se refiere a lo material que necesita una persona para vivir: comida, ropa, casa pero también educación, salud y un trabajo digno. "Comida" también se refiere a aquello que necesita el alma: compañía, amistad, un buen consejo, cariño... pero hay algo más, algo que puedes dar de "comer" a otro, y esto es hablarle de Jesús y acercarlo a la fuente de agua que le quitará la sed para siempre.

La iglesia católica ha explicado detalladamente lo que significa esta "comida" de la que Jesús habla a través de las obras corporales y espirituales  de misericordia. Son 14 en total. Yo te propongo que hagamos una, solo una. Que nos comprometamos con una sola obra no como algo para sosegar la conciencia, sino como un compromiso que nos pide Jesús y que si lo hacemos resultará que los más felices, ¡seremos nosotros! 

Comprometerme con una obra, no solo significa dar una aportación económica mensual, aunque esto también es una ayuda importante, pero si realmente quiero experimentar la gran alegría de dar, necesito hacer algo más que dar dinero. 

Mi amiga Monique pone al servicio su gran don que es cocinar. Ella cocinó por mucho tiempo en el albergue temporal en Ensenada. Una vez a la semana, ella y su equipo preparaban una deliciosa cena para la gente sin casa que llegaba al albergue. Mi amiga Sonia es una buena administradora y líder, ella es la creadora de los "comedores ambulantes" y organizó a un gran equipo que se encarga de recibir donaciones,  preparar almuerzos y darlos una vez por semana a personas en situación de calle.  Mi amiga Yola es una persona llena de cariño y bondad,  con una voz suave y una linda sonrisa, ella da consejo, es voluntaria del CAM que apoya a las mujeres con embarazos no deseados. Mi amiga Mariela es una mujer muy inteligente, llena de alegría y compasión y con una gran formación, ella y su grupo construyeron la casa de VIFAC (Vida y Familia, AC) en Mérida, que alberga a mujeres embarazadas en situación vulnerable, hoy se ocupa de las monjas de su comunidad, organizando cursos de formación para ellas. Mi amiga Cathy fundo una casa hogar para niñas de 12 a 18 años, con la visión de formarlas con cariño y con  excelencia en lo humano y en lo académico. A mi y a mi amiga Gaby, que nos encanta leer, formamos un club de libro para las niñas de la casa hogar de Cathy.

El mundo necesita muchas Moniques, Sonias, Yolas... y muchas personas que estén dispuestas a ayudarlas, porque todo lo que estas personas han logrado, ha sido a través de un equipo. Únete a una causa que tenga que ver con ese don que Dios te dio y da de "comer" como Jesús te lo está pidiendo hoy. 

Evangelio del martes 24 de Agosto: Juan 1, 45-51.

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño". Natanael le contesta: "¿De qué me conoces?". Jesús le responde: "Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi".

Jesús me conoce. Antes de que yo lo buscara y lo conociera, mucho antes, el ya me conocía y me amaba. Cuando recuerdo algunos episodios de mi vida, reconozco la protección de Dios, inclusive en etapas difíciles, reconozco que vivirlas me ayudó a ser mejor persona y entiendo que fue el plan perfecto del Señor.

Antes de conocer a Jesús tenía un vacío en mi alma. No lo sabía, pero existía. De joven, cuando tienes toda la vida por delante, crees que ese vacío se llenará cuando tengas éxito profesional, cuando encuentres el amor, cuando tengas hijos, cuando construyas tu linda casa... pero conforme vas avanzando en edad y en metas, te das cuenta que nada de eso llena, y llega un momento en la vida del hombre o mujer que se pregunta: ¿Esto es todo? Y es ahí, cuando Jesús llega al encuentro y dice, no solo a Felipe, sino a tí y a mí: "Antes de que te llamara... te vi". Antes, mucho antes.

En una ocasión platiqué en este blog, que cuando era niña, mi mamá nos mandó a hacer nuestros horóscopos a mis hermanas y a mí, pero mi horóscopo no lo pudieron leer. Yo estaba muy decepcionada y escuché a mi tia Caro decirle a mi mamá: "¿No irá a ser misionera o algo así?" Y yo pensaba: "¡Nooo! Yo no quiero ser misionera, ¡Yo me quiero casar!".  Todo se me olvida, pero esto no. El Señor permitió que lo recordara porque más adelante supe que la adivinación desagrada a Dios y supe entonces que fui protegida. Esto no significa que mis hermanas no son protegidas, solo significa que el Señor quería que yo supiera, que el me ve, y que sabía que algún dia reflexionaría sobre esto, y que entonces querría con todo mi corazón ser misionera.

Él me ve y sabe que cuando escucho la canción de "Alma misionera" me conmueve profundamente y pienso: Hubiera querido ser misionera...  Entonces me ayuda para hacer lo que estoy llamada a hacer, que no es ir a Africa a predicar, pero sí aquí, entre mis amigos y mi familia.

Él nos ve, nos conoce y un buen dia nos encuentra, mientras buscamos lo que nos falta para llenar nuestra alma.

"Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía". (Jeremías 1:5)